Jacinto Benavente puede ser el primer eslabón de la cadena sí los augurios llegan a materializarse. Sería la primera de las actuaciones urbanísticas realizadas en la ciudad al amparo del Plan Xeral de 1993 y sobre las pesan sentencias contrarias que viese la luz de la legalización. Ninguna de las demás ha conseguido verse amparada por la norma después de que aquel planeamiento, ya extinto, las dejase totalmente desamparadas.

Ahora, más de una década después de que se concediesen las licencias con arreglo al anterior Plan Xeral, las peticiones de ejecución de sentencias de derribo aparecen y es cuando las posibles soluciones al amparo del nuevo PXOM pueden ponerse en práctica.

Urbanizaciones como Rosalía de Castro, la propia de Jacinto Benavente, la Colina de Castrelos, los apartoteles de Samil, Finca do Conde, se encuentran con la soga al cuello desde hace años, aunque ahora pueden ver la luz al final del túnel. Para la mayoría de ellas ya se han iniciado trámites administrativos que permitan obtener una licencia acorde con el nuevo ordenamiento urbanístico de la ciudad, lo que a la postre supondría su legalización.

En el caso de Jacinto Benavente es la solicitud de licencia y la presentación de un proyecto constructivo. En la Colina de Castrelos, la solución es más compleja y se presentará en las próximas horas. También han pedido licencia, con arreglo a la nueva normativa, los responsables del centro comercial ubicado en lo que antes era el solar de Finca do Conde, en Gran Vía. Mientras, para iniciar la resolución del conflicto urbanístico de Rosalía de Castro ya se constituyó una comisión técnica en el Concello, a fin de revisar la situación actual y elaborar un calendario de actuaciones tendentes a su posible legalización. Más de un millar de familias viguesas, que adquirieron sus viviendas en edificios afectados por recursos y posteriores sentencias siguen esperando una solución.