El proyecto para renovar la fachada central del puerto está cerrado tras los ajustes en el Plan Nouvel, y conserva los principales signos de identidad de la propuesta del arquitecto francés, aunque rebaja sus dimensiones, según ha podido saber FARO. El edificio en forma de “monolito” en homenaje a la cultura celta mantiene su altura, cien metros, pero pierde volumen y su uso será portuario en vez de hotelero. Mantiene no obstante, el restaurante panorámico con cafetería. El plan ha sido consensuado con la comunidad portuaria.

El muelle de trasatlánticos duplica su longitud, con lo que superará los mil metros de línea de atraque, aunque tendría 200 menos de lo planteado; y sobre la ampliación se construirá el llamado “Jardín de las mareas”, un paseo que cambia de forma en función del nivel del mar. El puerto deportivo dobla sus plazas, pero sufre un sensible tijeretazo, ya que tendrá 800 en vez de las 1.650 previstas, ya que los técnicos concluyen que se adecua así a la demanda real y, de otro modo, perjudicaría la actividad del muelle de Comercio y el Transversal. La inversión total queda fijada ahora en 250 millones, 38 menos de lo presupuestado en la primera propuesta, y la obra se inauguraría, si se cumplen los plazos, a principios de 2013.

La Autoridad Portuaria encargó al equipo de Nouvel un proyecto básico a partir de la propuesta inicial del Premio Pritzker, ganador del concurso de ideas convocado por la institución, cuando la regía Abel Caballero, para remodelar toda la fachada central y convertir a Vigo en “referente mundial”, al nivel de ciudades como Barcelona o Marsella. La definición del plan tenía como fin ajustar los espacios públicos sin perjudicar la actividad de los muelles y las dársenas del entorno. El presidente de la institución, Jesús Paz, lo presentará hoy al consejo de administración junto con las demás actuaciones del Plan de Usos del Puerto.

La torre de Nouvel, que estaba previsto rebajar en altura, mantiene sus cien metros de planta y se situará en la punta del nuevo muelle de cruceros, hacia A Guía. Su volumen, sin embargo, baja, y acogerá oficinas e instalaciones portuarias en vez de alojar un hotel. Allí se trasladará, según pudo saber este periódico, el Centro de Control del Puerto y la sede de la Capitanía, ahora en la Estación Marítima. Ésta, sin embargo, se mantendrá con usos del Puerto, aunque la liberación de espacio permitirá otras actividades. El monolito mantiene su hueco central, como lo esbozó el arquitecto galo, y el edificio estará iluminado de noche. Aunque el hotel desaparece, habrá un restaurante panorámico con cafetería, y un mirador en sus plantas superiores. El edificio, al igual que todos los que se proyectan, se construirían en granito.

Balneario de agua marina

La prolongación del muelle de trasatlánticos, construida con un sistema de cajones, permite el atraque de tres buques, y en el espacio central habría dos edificios -una piscina y un balneario de agua marina-. Entre estos y el menhir está prevista una segunda estación de cruceros, de menor tamaño, y el “Jardín de las mareas”, otro de los elementos centrales de la propuesta de Nouvel. El paseo está formado por un juego de terrazas iluminadas que cambia de aspecto, y de rutas, en función del nivel del mar. La mayor parte del muelle será de acceso a los ciudadanos. El diseño prevé la instalación de un sistema de transporte público eléctrico desde A Laxe hasta la torre.

El tráfico queda suprimido en superficie en la terminal, ya que pasaría a derivarse por un vial subterráneo a lo largo del muelle de cruceros. A ambos márgenes de esta calle se sitúa un parking. Algunas partes del proyecto de Nouvel se rebajan de forma considerable. Desaparece el gran puente de acero que uniría la prolongación de Concepción Arenal y Colón en dirección a A Guía y conectaría con muelle de cruceros. En vez de esa estructura, según las fuentes consultadas, se ha optado, por una pasarela levadiza para la entrada y salida de los grandes veleros. El paso es de tránsito peatonal, con lo que la terminal de cruceros gana otro acceso.

El puerto deportivo actual, de 436 amarres, se reestructura, y pasa a tener 803. Suma plazas en la dársena de A Laxe, donde se libera el espacio ocupado ahora por los barcos del transporte de ría, los remolcadores y otros buques del Puerto. También incorpora pantalanes hacia el otro extremo, el muelle de comercio.

La Estación de Ría se traslada al muelle de cableros y el atraque, a la dársena de O Berbés

Una de las novedades de la operación portuaria es la construcción de una nueva Estación de Ría, ahora en el entorno de la piscina del Náutico, a la terminal de cableros, entre el edificio de control marítimo y el de sesiones de la Autoridad Portuaria. Allí Nouvel planteaba un complejo residencial e institucional que desaparece con la revisión. Ahora se diseña un conjunto de edificaciones en granito para alojar las taquillas, tiendas, cafetería, restaurante y otras dotaciones, con la posibilidad de incluir un centro de interpretación del Parque Nacional de las Islas Atlánticas que complemente al de la sede del organismo, en fase de construcción en el casco histórico, cerca de allí.

Los barcos de la línea regular que une Vigo con O Morrazo y los de la ruta a las Islas Cíes, que ahora atracan en A Laxe, pasarían a la dársena pesquera, detrás del centro comercial y en la cara interna del muelle de cableros.

Degustación

El plan se completaba con una zona de degustación y venta al público de pescado donde ahora se encuentran las casetas de O Berbés. Éstas se derribarían y dejarían espacio a la nueva edificación. La nueva planificación mantiene la actuación, con un centro en dos plantas. La baja estaría destinada a la degustación, y la superior a la venta.

La ampliación del puerto deportivo a A Laxe obliga, además, a trasladar los remolcadores, los barcos de los prácticos y otros buques del servicio portuario que atracan ahora en el interior del muelle de trasatlánticos. Pasan, con la operación de regeneración de la fachada central, a la cara externa del pantalán que delimita el futuro puerto deportivo a la altura del muelle de Comercio. El número de amarres para veleros se reduce en 800 respecto a la previsión inicial para evitar que afecten a la operatividad de este muelle y el Transversal. En este punto se instalará un puerto seco y un travel-lift para varar embarcaciones.