Tres años después de su aprobación, la ley antitabaco sigue sin hacerse efectiva. Casi la mitad de los bares y restaurantes de la ciudad incumplen la normativa de señalización o división de espacios. Los inspectores de la Consellería de Sanidade detectaron deficiencias en 97 de los 218 locales de hostelería que supervisaron durante este año, hasta el 31 de octubre. A punto de cumplirse el tercer aniversario de la normativa de prevención del tabaquismo en España, su nivel de cumplimiento en Vigo se sitúa en los mismos parámetros que en 2007, con sólo un 55 por ciento de los locales (121) plenamente adaptados.

Desde la delegación de Sanidade destacan una mayor observancia de la norma entre los locales de menos de 100 metros -los que pueden elegir entre fumadores y no fumadores-. Un 70 por ciento de los negocios de esta categoría obtuvieron el visto bueno de los técnicos autonómicos, frente a un 40 por ciento de los que sobrepasan esta superficie y deben realizar reformas para separar zonas con y sin tabaco.

Los errores más frecuentes de las empresas siguen siendo señalización ausente o incorrecta y deficiencias en la separación de espacios con y libres de humo. La mayoría de los fallos son "fácilmente corregibles", según el departamento de Promoción, lo que explicaría que pese al elevado número de infracciones, apenas haya cuarenta empresas expedientadas este año en la ciudad (83 en la provincia). Se sanciona a menos de la mitad de quienes incumplen la legislación.

Permisividad

La Administración sigue mostrándose bastante comprensiva después de tres años de aplicación, pero los empresarios se sienten "perseguidos como delincuentes". El presidente de la federación provincial de hosteleros, José Magaz, cuestiona abiertamente la utilidad de la legislación y asegura que "los más damnificados hemos sido los empresarios". En el caso de los locales más amplios, cifra "entre 24.000 y 30.000 euros" el coste de la adaptación física de los establecimientos -extracción de humos y accesos-.

Sostiene el portavoz de los hosteleros pontevedreses que en un primer momento hubo locales que optaron por prohibir fumar a los clientes "para evitar la inversión de las obras", pero que ante la falta de resultados económicos se han visto forzados a rectificar al poco tiempo. "Los locales sin tabaco no son rentables. Por la semana, las zonas de no fumadores es habitual verlas medio vacías y a los usuarios les importa menos de lo que piensan los políticos compartir espacio con gente que fuma, sobre todo cuando vienen en grupo".

Las cifras parecen darle la razón, pues es misión casi imposible encontrar a día de hoy en Vigo un bar de menos de 100 metros que voluntariamente se haya declarado libre de humos. De los 236 negocios que constan en el registro de la Inspección de Sanidade, sólo 50, un 21 por ciento, no permiten fumar, frente a un 67 por ciento donde está permitido el tabaco y un total de 29 que tienen zonas separadas.

El medio centenar de locales que figuran sobre el papel como sin tabaco son cafeterías-pastelerías donde está prohibido fumar con independencia de las medidas, las jamonerías, los sitios de banquetes y los bares y restaurantes ubicados dentro de los centros comerciales, donde no está permitido fumar.