Una conducción suicida, tanto para el piloto como para la acompañante, y que pudo acabar en tragedia si no fuera por la oportuna intervención de la Policía Local. Una patrulla municipal detuvo en la madrugada de ayer a un individuo cuando circulaba por el centro de la ciudad con su hija de seis años en el regazo, además de carecer de carné y en estado ebrio.

La elevada tasa de alcoholemia que presentaba este temerario conductor fue precisamente lo que le delató. Sobre las dos de la madrugada, los agentes observaron la extraña circulación de un coche por las calles Gran Vía y Vía Hispanidad. Los policías creyeron ver también a alguien más en el interior del vehículo. Cuando posicionaron el zeta en paralelo al turismo no podían creerlo. El piloto llevaba a una niña en el colo, en concreto, entre él y el volante.

No se acabarían ahí las "sorpresas". Cuando le solicitaron que abandonara el coche para presentarles la documentación, el individuo mostraba, supuestamente, claros síntomas de haber bebido alcohol. Mientras la pequeña de seis años permanecía en el asiento del copiloto, los agentes le realizaron la prueba de alcoholemia. El resultado confirmó las primeras sospechas. El test reflejó un 0,95 miligramos de alcohol por un litro de aire expirado, lo que significa que triplicaba el límite máximo permitido, establecido en 0,25.

El interrogatorio de los agentes arrojó otros datos igual de inquietantes sobre las condiciones en las que circulaba este hombre. Tras cotejar la documentación con la central de la Policía Local, se comprobó que tenía el carné de conducir retirado por una orden judicial hasta junio de 2009, por lo que, a todos los efectos, no podría pilotar bajo ningún concepto.

Con estos antecedentes, los agentes detuvieron al conductor, cuya identidad responde a las iniciales L. F. B. y nacido en Vigo en 1955. Se le acusa de un delito contra la seguridad vial y otro de quebrantamiento de la condena que implicaba la suspensión de su permiso de conducir.

Cuando confirmó a la patrulla que la pequeña era su hija, explicó que estaba separado de la madre pero que estas fiestas navideñas le correspondía estar con la pequeña durante unos días. Los agentes decidieron entonces llamar a su ex mujer para que se hiciera cargo de la menor. Entretanto, el vehículo que conducía fue trasladado al depósito municipal de la Avenida de Madrid, donde quedará inmovilizado hasta el pronunciamiento de la juez en el juicio rápido contra L.F. B.