ana abad de larriva

El esquivo paso de la fortuna es caprichoso, intangible. Pero, cuando se produce, ¡ay, qué alegrías produce! Hoy es ese día tan esperado por esperanzados, escépticos y demás poseedores de décimos, cuando el sorteo de la Lotería de Navidad dejará un puñado de sonrisas desencajadas y varios millones de caras largas.

La Administración número 10 de Vigo, en O Calvario, ha registrado colas constantes ante sus puertas desde hace meses, fenómeno que se acentuó en las últimas semanas. El año pasado entregó el quinto premio del sorteo navideño del 22 de diciembre, nada más y nada menos que 9.250.000 euros, y no vaya a ser que la suerte decida repetir. "Daremos el Gordo", dice convencida Raquel Vázquez, una de las simpáticas vendedoras. Explica que en verano, cuando salieron a la venta los décimos, ya venía alguna gente a comprar, sobre todo turistas. Pero, desde el mes de octubre, las aglomeraciones son constantes. La cola, muchas veces, dobla la esquina, y por la mañana, a las nueve y media, cuando abren, ya hay una horda de madrugadores esperando.

"Decían que con la crisis las ventas de participaciones de Lotería bajarían. Y, sin embargo, parece ser que las expectativas de que nosotros volvamos a dar algún premio lo ha compensado. No hemos notado ningún bajón, sino más bien una subida", añade, analítica. El sábado por la mañana abrieron como excepción para dar una oportunidad a los más rezagados. Un día agitado, por la llegada masiva de compradores, sobre todo a primera hora.

Números no seguidos, series que nadie quiere, múltiplos de 2? Los mecanismos para la elección de un número son diversos pero el fondo es el mismo: muchos creen conocer los códigos secretos del azar y hacerse hoy con un buen puñado. Porque, dicen, el dinero no compra la felicidad pero ayuda. ¡Mucha suerte!