La Policía Local estrecha el cerco. La combinación de las fiestas navideñas con los petardos ha puesto en alerta al cuerpo de seguridad, pero también a los servicios de urgencias. Cada año ingresan en los hospitales en torno a 40 personas con heridas graves causadas por la manipulación de estos explosivos. La venta ilegal preocupa al Concello, que ya activó un dispositivo especial para impedirla. Agentes de paisano controlan desde hace varios días todos los locales "sospechosos". El trabajo no es fácil: sólo un negocio de la ciudad tiene licencia para venderlos.

Para la comercialización del petardo más pequeño o de una simple bengala se necesita una autorización de la Subdelegación de Gobierno, además de que esa actividad esté recogida expresamente en la licencia municipal del negocio. Sin estos dos requisitos legales la expedición de cualquier producto pirotécnico está penada por la ley. Venderlos sin consentimiento o si los explosivos no están homologados, podría acarrear sanciones de hasta 30.000 euros, y también la incautación de todo el material y el cierre del establecimiento por un periodo máximo de seis meses.

El Concello, que se ampara en el Real Decreto 230/1998 que regula la venta y manipulación de explosivos al carecer de una ordenanza específica, advierte que las sanciones a los propietarios de los negocios pueden llegar a los 600.000 euros si, además de vender productos ilegales, éstos causaran graves perjuicios personales.

Quioscos y bazares

Quioscos y bazares chinos están en el punto de mira de los agentes de la Policía Local. Ninguno de estos establecimientos de la ciudad tiene licencia para la venta de explosivos. Pese a todo, en multitud de este tipo de locales es frecuente ver a menores de edad salir con puñados de petardos. Fuentes de la Policía Local apuntan que el control de los bazares chinos será escrupuloso. "Actúan con mucho disimulo y, además, la mayoría del arsenal que comercializan no está homologado. No sólo venden sin licencia, sino que lo que expiden es material pirotécnico peligroso y más inseguro de lo normal", explican.

El uso de petardos en la vía pública también está prohibido. Esta actividad sólo está permitida en la calle si se cuenta con una autorización municipal. En este caso, la presión punitiva de los agentes de seguridad es menor y sólo suelen actuar en caso de que se produzcan denuncias vecinales. La sanción por utilizar material pirotécnico en los espacios públicos puede llegar a los 300 euros.