Apenas lleva nueve meses en la Cámara Alta, pero Carmela Silva ha logrado imponerse a la número dos de los populares, María Dolores de Cospedal, y alzarse con el premio Senadora Revelación que la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) entrega cada año durante una cena de confraternización entre políticos y reporteros.

-Ha superado nada menos que a la secretaria general del Partido Popular...

-Me siento muy orgullosa de que me haya premiado la APP, porque en ella están representados los grandes periodistas de ámbito estatal, y por el hecho de que estuviese la número dos del Partido Popular de finalista. Fue una sorpresa muy agradable y la disfruté mucho.

-Mientras no se desveló el resultado, ¿pasó nervios durante la cena?

-No estuve nerviosa, anhelante sí (risas). Tenía un 25% de posibilidades y sabía que era complicado. Te hace ilusión y estás a la expectativa.

-¿Aprovechó para elaborar un discurso de ganadora?

-No. En este tipo de actos hay que ser lo más espontáneo posible y hablar con el corazón. En mi intervención me acordé de mi hijo, que me había estado mandando mensajes al móvil durante toda la tarde, y de mi madre, que tiene 83 años y estuvo delante de la televisión desde las ocho de la tarde. Quise dejar claro que el Senado aporta mucho a la política del Estado. El Congreso ocupa tanto espacio, que los senadores tenemos que reivindicar el nuestro. Y los cincuenta miembros de mi grupo actuaron como auténticos fans.

-El premio distingue la activa labor realizada durante estos últimos meses.

-Es un premio al trabajo realizado y a la visibilidad que hemos dado a la institución. Sólo llevo nueve meses en la Cámara Alta y es una satisfacción. Pero no me corresponde a mí sola, sino a todos los senadores. Está bien que se premie el trabajo y yo voy a plantear que también haya galardones para los periodistas. Llevamos vidas paralelas, sin horarios y al pie del cañón, e inevitablemente nos tenemos que relacionar. Además es imprescindible porque los periodistas son el canal para que los ciudadanos conozcan nuestra actividad. Hacen un trabajo fundamental para la democracia.

-¿Son más incisivos los periodistas madrileños que los vigueses?

-En Madrid están muy especializados y se pasan las 24 horas pendientes de los políticos, mientras que en Vigo y en Galicia el ámbito de actividad de los periodistas es más amplio. Pero el nivel profesional es el mismo y lo digo de verdad. Las preguntas que me hacen en Vigo y en Madrid tienen un nivel muy alto en ambos casos.

-Con este carácter amable y dialogante será difícil que el próximo año le entreguen el premio Azote de la oposición.

-Tengo muy buena relación con los periodistas, aunque después sus informaciones me pueden gustar más o menos, y me tratan especialmente bien. Con el resto de grupos también tengo una relación extraordinaria, pero yo también azoto mucho al PP, no pierdo la oportunidad. En bastantes ocasiones las intervenciones de sus senadores me enfadan y doy a conocer mi criterio.

-¿Durante la cena de entrega hay tan buen rollo entre Gobierno y oposición como parece o las sonrisas se mantienen de cara a la galería?

-La relación es cordial. Se viven muchas situaciones de tensión porque hay ideas y proyectos contrarios, pero el lado humano intentamos mantenerlo. Es propio de una democracia madura.

-Hay quien como el socialista López Garrido se atreve incluso a cantar.

-Me reí muchísimo. Le dio un toque muy especial y tierno. La canción hablaba de que al final políticos y periodistas nos tenemos que entender. A la vida hay que ponerle humor.

-Otros como Bono aprovecharon para negar la imagen de poco trabajadores que tienen los políticos.

-Me parece que es injusta porque cada diputado o senador tiene un área y es imposible conocerlas todas. Que no estén en el pleno no significa que trabajen menos, sino que están en el despacho, estudiando leyes, recibiendo a ciudadanos o relacionándose con su circunscripción. Los senadores y diputados trabajamos una media de quince horas diarias.