Treinta y seis días sola en la Antártida y sin señal de agotamiento. La fortaleza de la concejala y alpinista Chus Lago anima a su familia después de más de un mes de expedición al Polo Sur geográfico en el que ha recorrido 556,700 kilómetros. Ni la tormenta que la mantuvo bloqueada en su tienda los primeros días ni temperaturas de menos 26 grados la desaniman. Sólo los problemas con su reproductor de música y el "total aislamiento" al que se ve sometida le han logrado borrar la sonrisa. Pero por poco tiempo. "Voy cantando viejas canciones. Lo hago a todo pulmón, dejándome la garganta para poder escuchar aunque sólo sea mi voz. No lo creeréis, pero ¡no consigo oírme!", relata a su prima y confidente Ana Lago, que actualiza a diario sus avances en chuslago.com/blog.

El pasado domingo 14 gritaba de júbilo al teléfono tras alcanzar el paralelo 85 que marca la mitad del recorrido. Su meta está ya a menos de 543 kilómetros. Pese a la climatología adversa, va con "cuatro días largos" de adelanto sobre las previsiones iniciales y sus allegados no descartan su regreso "como regalo de Reyes", alrededor del 6 de enero, si el tiempo lo permite.

Comenzó su aventura el día 11 de noviembre y sus primeros pasos sobre el hielo transcurrieron a ritmo de James Blunt, Nina Simone e incluso Frank Sinatra, pero pronto tuvo que decir adiós a este sencillo lujo tras estropearse su MP3. El inicio de la expedición fue duro. Además del aislamiento, la primera mitad del viaje estuvo marcada por las tormentas de nieve y viento con ráfagas de hasta 166 km/hora que le impedían avanzar.

El clima en contra

En esos momentos Chus se mostraba inquieta por no poder cumplir sus medias y así se refleja en su blog de seguimiento. La cosa empeoró con la llegada de la niebla a final de mes. "No veo absolutamente nada delante de mí. Si me encuentro una grieta me traga entera", explicaba el 31 de noviembre al campamento base de Patriot Hills, con el que se comunica a diario para comunicar su posición y confirmar que se encuentra bien.

El cielo nublado dificulta esta tarea, ya que le impide cargar la batería de los teléfonos. En apenas 10 días empezó a notar también el deterioro en el material, con uno de los palos ya remendado y un panel solar estropeado. Se sorprendía también al ver cómo las bolsas de plástico se deshacían en sus manos debido al frío y la cocina se resistía a encender por las noches.

La temperatura media es de menos 26 grado, aunque la sensación térmica es inferior, lo que le ha causado una fuerte pérdida de peso, que no se refleja en su estado de ánimo. "Después de 12 horas caminando me llama alegre y sonriente, ¡Hola Ani!, me suelta a las doce de la noche -hora española-", relata sorprendida su prima Ana.

Comenzó diciembre en el paralelo 82 pero la mejora del tiempo le ha permitido aumentar el ritmo hasta una media de once horas diarias de marcha y 25 kilómetros recorridos. Espera coronar entre hoy y mañana el paralelo 86, un paso más para convertirse en la primera española en alcanzar el Polo Sur geográfico en completa autonomía. Contribuye también el menor peso de su polka, que ha bajado de 103 a entre 70 y 75 kilos.

En los próximos 200 kilómetros le espera una falsa llanura en la que salvará una pendiente de 1.000 metros. Calmado el viento, las grietas del terreno y los sastrugis o acumulaciones de nieve son ahora su mayor amenaza. El hielo, no obstante, se muestra "más amable" en jornadas que se adelantan a las 03.30 de la mañana para aprovechar las horas con el terreno más duro y fácil para caminar.