Hace casi tres años que espera el recambio de la prótesis de su cadera. Carmen Figueroa, de 74 años de edad, está en lista de espera para esta operación desde febrero de 2006. Confiesa que hacer vida normal se ha convertido en una utopía. "Pasear es ya una misión casi imposible", dice. Lo poco que puede caminar lo hace apoyada sobre una muleta. Sus esperanzas se desvanecen. En el Hospital Xeral le dan largas. La llamaron tres veces para realizar las pruebas preoperatorias. Dos ya le caducaron. La última vence a principios del próximo año. "No creo que me llamen", desconfía.

Carmen Figueroa fue intervenida por primera vez en 1995 tras tener una fatal caída. Once años después le notificaron la necesidad de sustituir su prótesis. "Me lo comunicaron en febrero de 2006; un año y pico más tarde me llamaron para realizar el primer preoperatorio; en septiembre me hicieron las pruebas de anestesia. En los siguientes meses nadie me llamó y la prueba caducó", lamenta.

En marzo de este año vuelve a sonar su teléfono. "Nuevo preoperatorio que se queda sin validez". En octubre se repite la llamada del Hospital Xeral. "Es la tercera prueba que realizo y tengo miedo a que vuelva a caducar. El dolor es insoportable. Los médicos me dicen que peligra la otra pierna, la buena", explica temerosa de que el retraso en la operación pueda agravar su salud.

Esta viguesa no dudó en comenzar los papeleos para reclamar una intervención urgente. Un camino que la llevó durante este año a una serie de "sin sentidos". "En la hoja de inclusión en la lista de espera pone que mi intervención es de prioridad 2. Después de presentar la primera reclamación, me contestan que estoy equivocada, que estoy en prioridad 3. O no saben leer o lo hacen adrede. Yo no lo entiendo", critica con la hoja en la mano donde se marca el segundo orden de preferencia.

Es esa carta encuentra una nueva sorpresa: "Le informo que dado que el hospital no dispone de medios suficientes para atender a todos los pacientes, se le facilita el acceso a un centro concertado con el fin de realizar su operación en los plazos previstos. Siendo esta opción rechazada por usted", recoge la misiva. "Un nuevo despiste u otra mentira. A mí nunca me dieron esa posibilidad", critica.

Carmen Figueroa acudió en reiteradas ocasiones a Urgencias a causa de los dolores. "El médico me ha dicho que hace mucho tiempo que tenía que estar ya operada. Que corro el riesgo de dañar la otra pierna si no se me sustituye pronto la prótesis derecha", teme.