"Lo mató la onda expansiva; fue prácticamente una muerte en el acto. Así nos lo certifican y yo se lo voy a agradecer toda la vida". Suspira hondo. Es María del Mar Borrajo, la viuda del cabo primero vigués Rubén Alonso Ríos, que vive en la zona de Castrelo.

El próximo martes se cumplirá un mes de su fallecimiento en un atentado suicida con una furgoneta bomba en Afganistán. Largas semanas para su mujer y los dos hijos, de tres años y cuatro meses: "Le pedí que me contara la verdad de todo, que me enseñara fotos", asegura la viuda, que hace quince días estuvo en Madrid con la ministra de Defensa, Carmen Chacón. Ahora, confiesa que respira más tranquila, porque sus hijos podrán saber "el día de mañana, si preguntan", cómo y dónde murió su padre. Ha tenido acceso a la versión oficial y aclarado las circunstancias de la muerte de Rubén.

"El niño mayor ya empezó el cole... Sabe que su padre está muerto, pero no conoce ni entiende la dimensión de la muerte. El otro, sólo tiene meses, así que no habrá notado nada", resume María del Mar Borrajo. Agradecida por el apoyo de la Brilat y el de Chacón, "no sé si tiene que ver que ella también es madre", dice.

La propia ministra Chacón la nombró el pasado lunes en la entrega de un premio, que dedicó a los familiares de los fallecidos: "María del Mar, madre de un niño de 3 años y un bebé de 4 meses, vino a verme para preguntarme qué le contará a sus hijos cuando sean mayores y quieran saber cómo murió su padre..." , relató, "es la esposa del cabo primera Rubén Alonso, fallecido en Afganistán". También adelantó que había facilitado toda la información de la que dispone y escribió una carta a los pequeños "para que la lean cuando sean mayores".

"La ministra nos ha demostrado que es humana al cien por cien, lleva quince días brindándonos todo su apoyo", asegura María del Mar Borrajo, "ayer [por anteayer] nos llamó antes de que se conociera la existencia de la carta". "Están pendientes de mí en todo momento, tanto ella como la Brilat, sentimos que tenemos su apoyo", insiste. "Hablé con ella telefónicamente".

"También es para quitarse el sombrero el apoyo de los compañeros de mi marido y también de mandos; no estoy moviendo ni un dedo para el papeleo, me están ayudando a todo ellos", indica. También le han brindado el apoyo médico y psicológico, en caso de ser necesario. Ella prefiere decir simplemente que "no son momentos fáciles".

La viuda del vigués muerto en Afganistán reconoce que se esperaba un telegrama de condolencia por parte del Gobierno "como han hecho otras instituciones", pero no mucho más. Consciente de lo ocurrido a su marido, que llevaba nueve años en el ejército y cumplía en Herat su primera misión exterior (a la que se presentó de forma voluntaria), asegura que los gestos de apoyo se agradecen.

"Esto se hace duro"

Luego de estas justificaciones y agradecimientos, María del Mar Borrajo accede a comentar su aún deteriorado estado de ánimo: "Está claro que a mi marido no me lo van a devolver, pero están pendientes de mí y psicológicamente nos ayuda su apoyo", reconoce.

Simplemente pide respeto como viuda y recuerda que son una familia humilde.

El militar vigués fallecidó junto a otro soldado asturiano la explosionar una furgoneta bomba al paso de un convoy de la Brilat. Otros tres gallegos resultaron heridos.