¿Es alguien capaz de ubicar la treintena de esculturas de Camilo Nogueira repartidas por todoVigo? ¿Y los 27 castros inventariados en la ciudad? Estas dos preguntas se las formula la federación vecinal y la asociación los Amigos de los Pazos para demostrar la escasa importancia que se concede al patrimonio local. Bustos cubiertos de pintura los lunes por la mañana y esculturas que desaparecen temporalmente y cambian de ubicación. Reclaman al Concello una “política efectiva de conservación y puesta en valor para evitar desperfectos.Si las instituciones le dan valor, los ciudadanos aprenderán a respetar el arte”.

Los colectivos denuncian que el“Marinero”de Camilo Nogueira pasó varios días tirada entre los arbustos la semana pasada y se preguntan por la ubicación del conjunto escultórico de Camilo Nogueira “Los niños bajo el paraguas”, desaparecido desde que en mayo se instaló en su emplazamiento en la Alameda el monumento a Curros Enríquez. En paradero desconocido también se encontraba desde hace cuatro años el busto del general San Martín, que el Concello localizó en Lavadores pero fue devuelta a la Autoridad Portuaria.

Difícil explicar algunas de las situaciones por las que atraviesa el amplio plantel de monumentos vigueses.“Se necesita mantenimiento y vigilancia disuasoria”, advierte el vocal de Cultura de“Eduardo Chao”,Xosé Couñago, quien echa en falta la presencia de policía de proximidad en los barrios y patrullas que “controlen la bajada de los jóvenes que hacen botellón en O Castro o abandonan a altas horas y en mal estado la Plaza de Portugal”.

Botellón

Coinciden las zonas de botellón con los lugares en que más desperfectos se registran.Y precisamente, por la ubicación de sus trabajos, el artista vigués Camilo Nogueira es uno de los más afectados.A las sucesivas caídas de su pescador, se une la retirada de “Los niños bajo el paraguas”, la pérdida de“La pescantina”, que apareció destrozada una mañana en O Castro,y no se ha vuelto a exhibir en la ciudad, y la decapitación de su obra conocida como“Cachiño”, a escasos metros de la anterior y cuyo deterioro fue comunicado directamente por Amigos de los Pazos al hijo del creador vigués.

“Tenemos patrimonio muy disperso y poco conocido, piezas sueltas sin tan siquiera un cartel informativo”, lo que a juicio de Couñago no contribuye a su conservación.Asegura que la situación se repite en las mámoas de Candeán,“con una ruta mal señalizada y sin folletos ni información en Internet que guía a los visitantes”.

Para poner fin a esta situación, el presidente de Amigos de los Pazos, Juan Manuel López Chaves, reclama a Patrimonio “mayor respeto por los referentes de la cultura local y artistas que han contribuido a su embellecimiento”.

Añade Montserrat Maneiro, miembro del colectivo, que se debe “cambiar de política, renovar y arreglar donde sea necesario pero sin perder referentes, como ocurrió con la eliminación de la barandilla del Náutico, con la que perdimos parte de nuestra historia”.

Los cambios de ubicación han sido una constante en el patrimonio vigués. El último el regreso de la escultura de Curros Enríquez a su emplazamiento original en La Alameda tras 40 años en O Castro.