Una barrera rompeolas para puertos flotantes o un separador nasal antirronquidos. Son dos de las más de veinte patentes o modelos de utilidad que piden una empresa y un particular. Todas se idearon en Vigo este año. El ingenio parece una buena salida a la crisis. Y es que el volumen de inventos no ha caído en la provincia, según los últimos datos de la Oficina Española de patentes y marcas (OEPM), y Vigo es uno de los centros neurálgicos. Dos de cada diez inventos que piden patente en Galicia salen de la ciudad olívica. A principios de mes, eran 145 los inventos gallegos que habían solicitado a lo largo del año inscribirse en el registro de patentes. Además de la idea novedosa, deberán de probar altura inventiva y aplicación industrial.

"Muchos de los particulares que han venido están en paro, así que puede interpretarse que cuando no tienes ingresos te buscas más la vida y discurres para hacer cosas", aseguran las agencias especializadas. Perciben, sin embargo, que ha bajado el número de ciudadanos que se aventuran en el mundo de las patentes y que, a fecha de hoy, lidera el sector de la inventiva la empresa privada. "Esto es un termómetro de lo que ocurre en la sociedad", asegura desde la agencia de patentes Ungria, Roberto Janeiro.

Registrar una patente ronda los 1.600 euros. Normalmente, una empresa la aplica para mejorar su actividad, pero el particular que descubre una idea original, deberá luego buscar "comprador". Y no es fácil. Las patentes publicadas en 2008 van desde un enfriador de cerveza al diseño de una embarcación de lujo. "Es difícil que salga a la luz una patente, porque a veces supone que tengas que comprar una máquina, alquilar una nave o fabricar tu propio producto para echarla a andar", asegura un vigués que registró una patente y ahora busca comprador en la sector de la automoción.

"Ante la crisis, si tienes un producto novedoso o exclusivo, vas a vender sólo tú. Las empresas están invirtiendo más en patentes para tener un mejor posicionamiento en el mercado; están tratando de aprovechar las ideas innovadoras para tener una cuota de mercado en exclusiva". Por el contrario, se constata una reducción del 23% en las marcas registradas con respecto al año pasado. Los que trabajan en el sector, lo relacionan con el aumento de las empresas low cost que se encargan de hacerlo por internet. Se trata de agencias virtuales, que pueden hacer la marca por casi la mitad de lo que cuesta de forma tradicional. De hecho, esa tendencia ya se refleja en las estadísticas oficiales (www.oepm.es), que indica el crecimiento de las marcas que se registran vía internet. También se pueden descargar cuestionarios de forma gratuita.

Es más difícil que esto ocurra con las patentes, porque el cliente busca "confianza" por la información confidencial que deposita y por internet es difícil captar clientes. A esto se une la dificultad de resolver una reclamación a través de una empresa por internet.

"Tuve suerte y me financiaron el 70%", dice el inventor de una silla elevadora

Mirando las dos sillas que utilizan los niños en el coche de su hermano, a José María García se le ocurrió diseñar un aparato elevador que fuese plegable, o fácil para guardar. Desde que registró su patente en Vigo hasta hoy, tuvo que reformar el proyecto tres veces. "Llegas pensando que tienes la mejor idea del mundo, y de repente te preguntan: ¿crees que tiene altura inventiva?". Y la inversión que le ha requerido ya supera los 6.000 euros. "Yo tuve suerte y la Xunta [el departamento de Innovación], me pagó el 70% de todo. Una vez que tienes que renovar el tiempo de la patente, tienes que pagar 5.400 euros más", explica.

Ahora, espera respuesta de alguna empresa de automoción. Mercedes y BMW ya contestaron a su carta (muestra la respuesta, vía postal), no así Citroën. También ha recurrido a Chico y Jané, más vinculadas con el sector infantil. "Las empresas son muy herméticas", confirma el joven José María. Además, las patentes tienen proyección geográfica y casi todas las que se hacen acaban en España. Sólo hay un año para extenderla al extranjero; si no se hace en ese tiempo, se pierde.