Un pantalán con sorpresa. La Policía Autonómica, en colaboración con el Servicio de Guardacostas de la Consellería de Pesca, se incautó ayer de más de 200 kilos de centolla procedentes del furtivismo que estaban sumergidos en el agua y distribuidos en cuatro grandes jaulas escondidas bajo uno de los muelles del puerto deportivo de Bouzas. La mercancía encontrada, que ya fue devuelta a la ría, estaba destinada al mercado ilegal de cara a las próximas fechas navideñas.

Las denuncias de varios particulares advirtiendo de la práctica de furtivismo en la zona pusieron en alerta a la Policía Autonómica de Vigo. Los controles y dispositivos de vigilancia dieron pronto su fruto y ayer por la mañana, ante la atenta mirada de decenas de curiosos que paseaban por el puerto deportivo, se ponía en marcha un dispositivo conjunto con el Servicio de Guardacostas que concluía con el hallazgo de más de 200 kilos de este demandado marisco.

Varios buzos pertenecientes al servicio de la Consellería de Pesca se sumergieron bajo el pantalán y hallaban cuatro jaulas, de más de un metro y medio de altura, en las que se acumulaban los ejemplares del preciado crustáceo. "Guardan las centollas en las jaulas para mantenerlas bajo el agua, las van engordando y, cuando ya están más cercas las navidades y por tanto hay una mayor demanda de marisco, las sacan para venderlas", explicaban ayer fuentes cercanas al caso. De hecho, entre las centollas aparecieron restos de concha de mejillón, que es el molusco que utilizan para alimentarlas.

Las centollas -la época de veda de este marisco se abre a finales de este mes- fueron devueltas a la ría, mientras las jaulas y varias nasas resultaron decomisadas. Los responsables del dispositivo no pudieron identificar a los autores de esta práctica ilegal, que está castigada con sanciones administrativas.

La incautación de ayer es la más importante, por la cantidad encontrada, que practicó la Policía Autonómica de Vigo en lo que va de año. Desde enero se realizaron una veintena de intervenciones relacionadas con la pesca ilegal, pero, por regla general, cada decomiso no suelen superar los cinco o diez kilos. Las centollas, precisamente, se encuentran entre los mariscos más preciados por los furtivos, junto a las nécoras, las navajas, las almejas o los percebes.

Luto

La noticia de la incautación del marisco ilegal caía como un jarro de agua fría entre los integrantes de la Asociación de Marineros Artesanales y Deportivos San Miguel de Bouzas, que es la propietaria del pantalán bajo el que estaban las centollas. "Estamos en contra del furtivismo, lo censuramos y queremos erradicarlo", afirmaba ayer el fundador y socio colaborador del colectivo, Manuel Pérez Fernández, quien quiso aclarar que ningún integrante del colectivo tiene nada que ver con la mercancía encontrada. "Para nosotros hoy [por ayer] es un día de luto; trabajamos para difundir la cultura marinera y no es justo que las personas que se dedican a estas ilegalidades nos dejen esta mancha", insistía consternado.

La asociación tiene cámaras de vigilancia en el pantalán que funcionan "día y noche". "Pero los furtivos vienen de noche y van por debajo del mar precisamente para evitar ser identificados", concluía este veterano marinero.