Los últimos flecos para el proyecto de la nueva depuradora del Lagares parecen ya resueltos. Así se desprende al menos de la intención de los responsables de las tres administraciones implicadas -Gobierno central, Xunta y Concello-, que pretenden presentar la próxima semana todo el desarrollo y el calendario para la construcción de la planta. La presentación correrá a cargo de la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa; del conselleiro de ese mismo departamento en la Xunta, Manuel Vázquez; y del alcalde de la ciudad, Abel Caballero. Una instalación que, según los técnicos, garantizará el tratamiento de las aguas residuales que se producen en Vigo hasta el año 2040.

Para conseguir este objetivo, la capacidad de la nueva planta será el doble de la actual, que se ha quedado obsoleta además del mal funcionamiento constatado por los expertos. La nueva planta se ubicará en los terrenos que ocupa la actual y con un incremento poco significativo de la superficie.

El coste de la instalación superará los 200 millones de euros. De ellos, aproximadamente el 65 por ciento será sufragado por el Estado, mientras el resto correrá a cargo de la Xunta de Galicia. La parte estatal se financiará a través de fondos Feder vía Acuanorte, sociedad que se encarga de la redacción de los proyectos. Para disponer de dicha financiación será necesaria la firma de un convenio.

La intención de las administraciones es licitar la obra antes de que concluya este año, pero ese trámite estará en función de la fecha en que se firme el mencionado convenio para la financiación de todo el proyecto constructivo.

Tres partes

De acuerdo con los planes de diseño de la nueva depuradora, la actuación constará de tres partes complementarias.

La primera será la de construcción de la planta, que supondrá la modernización de métodos los sistemas de tratamiento que ahora funcionan defectuosamente. En esta parte se cambiarán también los colectores de conexión con la red actual de saneamiento que llega hasta la junquera del Lagares.

La segunda supondrá la instalación de una nueva acometida eléctrica para abastecer a la planta, con una longitud de más de tres kilómetros.

La tercera parte será la construcción de un nuevo emisario submarino que sustituirá al que actualmente está en servicio y que tendrá características más modernas.

Además, la instalación contará con una línea de tratamiento de lodos, cuyo funcionamiento supondrá una importante reducción de los residuos que se producen en la actualidad.

Vertidos

En la actualidad la ría viguesa recibe las aguas residuales de unos 420.000 habitantes, según los estudios realizados para la redacción del proyecto de la nueva planta. Estos vertidos llegan a través de la red de saneamiento de la ciudad y a ellos hay que sumar, según esos mismos informes, la intensa actividad industrial y el incremento de población que se produce durante los meses de verano.

La Unión Europea había impuesto una elevada sanción económica a España por el incumplimiento de directivas comunitarias debido al mal funcionamiento de la planta actual. De acuerdo con los informes, ese defectuoso funcionamiento es la causa de las molestias a los vecinos de la zona.