Una noche inolvidable. Así vivieron los vecinos de Gran Vía, 166 la madrugada de ayer, aunque de idílica no tuvo nada. El fuego originado en el almacén de la cafetería Boston, en el bajo del edificio, provocó el desalojo de la treintena de residentes que viven en el inmueble. "Salimos en bata y pijama; fue un susto enorme, había muchísimo humo y no se podía ni respirar", comenta Emilio Fernández, un joven mecánico que vive en la primera planta del edificio y que se encontraba solo en el piso cuando se produjeron las llamas.

Los hechos ocurrieron en torno a las dos de la madrugada del lunes, cuando la Policía Nacional, antes de la llegada de dos dotaciones de bomberos, procedió a la evacuación de los vecinos como medida de prevención. Afortunadamente, sólo hubo que lamentar daños materiales en el interior de la cafetería, donde se originó el fuego debido a un posible cortocircuito, según apuntan los vecinos y propietarios del negocio. Por el momento, la Policía todavía no ha esclarecido las causas del incendio.

El almacén del local, ubicado sobre el falso techo de la cafetería, quedó completamente calcinado después de que los bomberos trabajasen durante dos horas para extinguir el fuego. Así, las pérdidas en mercancía rondan los 7.000 euros, según estimó una de las propietarias del bar, Belén Rodríguez, que regenta el negocio desde hace siete años junto con Cesáreo González. "Ni yo ni mi marido dormimos nada en toda la noche; vamos a tener que cerrar al menos dos meses para reparar los desperfectos. Siempre perdemos los mismos; los vecinos están en sus casas pero nosotros estamos sin trabajo", explica Rodríguez a las puertas del Boston mientras espera la llegada del perito.

Versiones contradictorias

Los vecinos del edificio desalojado pasaron unas dos horas a la intemperie mientras los bomberos sofocaban el fuego de la cafetería, donde el falso techo del almacén se desplomó sin ocasionar daños personales. Los residentes consultados coinciden en señalar que "nunca hemos tenido problemas de inundaciones". "La instalación del agua está en perfecto estado, la cambiamos el año pasado", explica el presidente de la comunidad, Miguel Pérez, ante las acusaciones de los propietarios del bar de que la causa del incendio se debe a un cortocircuito provocado por el contacto de un enchufe con el agua "que pierden" las canalizaciones que discurren sobre el techo de la cafetería. "No es la primera vez que nos pasa; las tuberías son muy antiguas y cuando tienen fugas sólo las parchean", critica la dueña del bar, quien no descarta tomar medidas legales contra los vecinos si el seguro de la comunidad no asume parte del gasto en la reparación del local.

Aparte del susto en el que afortunadamente se quedó este incendio, los residentes pasaron el día de ayer sin agua debido a la quema de las tuberías.