Fin de semana, noche y mucho alcohol. Las disputas en las zonas de copas conjugan estos tres ingredientes. Algunas acaban sólo con hematomas; otras, como la del domingo pasado en O Calvario, terminan en algo mucho más serio. El apuñalamiento del joven Óscar Vázquez, de 22 años, tras una reyerta no es casual. Es el cuarto incidente en los dos últimos meses en el que una persona acaba siendo acuchillada. Fuentes de la Policía Nacional aseguran que "cada mes y tirando por lo bajo se incautan 15 armas blancas", tanto en controles rutinarios como en peleas. La mayoría son navajas decomisadas a jóvenes durante las noches del viernes y el sábado.

El concejal de Seguridad, Xulio Calviño, califica sucesos como el del pasado domingo de "inevitables", aunque matiza que es "un caso aislado". Pese a todo, el edil socialista delega la responsabilidad en la Policía Nacional. "Ellos son los encargados de estos controles, aunque en determinados momentos también colaboran los agentes locales", asegura. El subdelegado de Gobierno, Delfín Fernández, por su parte, evita pronunciarse sobre un fenómeno que preocupa a los vecinos.

Mientras fuentes oficiales reducen a tres las armas blancas incautadas en Vigo cada mes, agentes consultados por este diario califican de "irrisoria" esa cifra. "Son muchas más", insisten. La presidenta de la Federación de Vecinos, Elena González, tampoco comparte la tranquilidad oficial. "No hay seguridad en ningún lado. Las labores de prevención brillan por su ausencia, tanto en las parroquias como en el centro de la ciudad. La Policía sólo interviene cuando sucede algo de gravedad, y muchas veces ya es demasiado tarde", lamenta.

Navajas, estiletes, bates...

El asesinato de "Josiño" en Churruca hace dos años, cuyos autores fueron condenados a doce años y medio de cárcel el mes pasado, marcó un antes y un después en el control de armas. Desde entonces -aseguran fuentes de la Policía Nacional- varias patrullas de este cuerpo se dedican a inspeccionar y decomisar cualquier utensilio ilegal durante las noches de los fines de semana, sobre todo en las inmediaciones de las zonas de marcha. El grueso del material incautado está formado por navajas, pero bastones con un estilete escondido, bates, hierros y paraguas con las puntas afiladas, "manchacos" e incluso alguna catana, son la artillería que los agentes se han encontrado en alguna ocasión.

Portar estas armas está castigado con hasta 450 euros; blandir el acero y clavarlo es delito. La Ley castiga a quien lleve navajas que superen los 11 centímetros de hoja o de menos tamaño si son automáticas, que están prohibidas. En el primer caso, sólo están permitidas en el propio domicilio y con fines de ornato o coleccionismo.