Por qué el casco viejo se colocó aquí? o ¿cómo evolucionó hasta nuestros días? La respuesta a la primera pregunta es obvia: la zona que rodea al Berbés dio salida a la riqueza de la ría. A la siguiente, Alejandro Martínez García, dedica la parte central de su historia del Casco Vello en siete capítulos: Da antiga cidade amurallada ó casco vello actual. Insiste sobremanera en que para tocar una piedra de esta emblemática zona, hay que conocerla. No entiende una actuación que no proceda de ese saber profundo. Al él le llevó casi doce años recopilar el material que ahora aglutina en el libro. "Para querer algo, tienes que conocerlo", dice con el afecto de un enamorado y replica celoso, "hay mucha gente que realiza intervenciones sin una base técnica".

- ¿Está herido de muerte el casco viejo?

- Está bastante mal, pero las expectativas son esperanzadoras. Ahora a través del Consorcio se están moviendo cosas...

- ¿Se atreve con el diagnóstico?

- La situación actual es la rehabilitación de viviendas. Se está viendo iniciativa pública y privada. Es nuevo movimiento.

- ¿Cuánto tiempo para ver la recuperación?

- En ocho años debería de florecer todo lo que echa a andar ahora. Creo que en ese horizonte, no lo reconoceremos con los ojos de hoy.

- Lo peor y lo mejor que se ha hecho en el casco viejo.

- Los errores más garrafales datan de los setenta: El frontal desde Areal, con el hotel Bahía que tapó el perfil de la Colegiata (la portada del libro muestra una reconstrucción del antes y ahora) y la apertura de la calle Elduayen, que dividió la zona en dos. Luego, me parece que la pasarela del centro comercial A Laxe no es nada malo. Desde que se ha construido, sirve de entrada en la zona, une.

- Los vecinos protestan por casas okupas que se incendian, otros por ratas que llegan de solares en ruinas, los dueños de edificios con rentas históricas se niegan a arreglarlos...

-Hay que ver el tema no sólo desde una perspectiva arquitectónica; si no social y urbanística. Si restauras algo, pero socialmente sigue marginado esto no tira adelante.

- ¿Qué propone?

- A través de programas de inserción social. Por ejemplo, con el Urban se dieron cursos de albañilería y carpintería a personas con problemas de drogadicción que luego entraron como peones, ordenados por oficiales. Te puedo asegurar y doy fe de ello, que eran los que más daban el callo. Si tienen algo que hacer, se implican porque es su vivienda y su entorno. Recuerdo a un chaval, a un tal Santiago, que se rehabilitó aquí... era el que más pulmón daba. Aparte de que arquitectónicamente arreglas una vivienda, se conseguía que la gente se reinserte. Se trata de que no haya que echar a la gente que vive aquí. El error sería que sólo haya oficinas y bares; que no haya vida. Tiene que haber casas y gente viviendo y si están enfermos, tendrán que curarse.

- Se opone al plan de realojo.

- No se puede trasladar a todo el mundo. A la gente hay que ayudarla.

- ¿Hay aquí algo diferente del resto de Galicia?

- La clave del libro es el estudio de la arquitectura popular. Busqué los tipos: la casa con soportal, como ésta (dice por una de la Plaza de la Constitución), la de fachada lisa, las burguesas... Se pueden aplicar a la hora de reconstruir. Están el antiguo teatro, la colegiata; pero el casco vello de Vigo es marinero y aunque las calles son tortuosas, hay plazas que la gente no conoce.

- ¿Algún edificio o plaza que considere una joyita?

- Realmente cualquier esquina. No tiene desperdicio ningún rincón. A Ferrería tiene un potencial brutal y posibilidades...si no fuese por la marginalidad.

- ¿Por qué Pontevedra y otras villas sí mimaron su zona vieja?

- Aquí hubo una inercia por lo industrial, antes esto era una ciudad monedero. La segunda generación de los que han venidopiden casco vello y zonas verdes. Ese sentimiento no existía.