Con Internet se puede hacer casi de todo... incluso espiar a la competencia. Esto es exactamente lo que ha ocurrido en Vigo, donde la Policía Nacional ha detenido a un joven empresario de 32 años por introducir supuestamente un "troyano" en los ordenadores de unas empresas dedicadas al mismo sector que la suya, un programa que le permitió obtener todo tipo de información privilegiada sobre la actividad diaria de las firmas, como nombres de clientes o proveedores. Lo insólito de este caso es que los datos se obtuvieron desde fuera de las instalaciones afectadas, mediante la instalación del programa espía a través de un correo electrónico. El arrestado, Roberto C.B., resultó ser un antiguo socio de la víctima, un vigués que posee varias firmas dedicadas a reparaciones urgentes del hogar y que decidió denunciar los hechos tras detectar fuga de datos y pérdida de clientes.

La investigación que llevó a la detención de este joven, que es gerente de la empresa Gestinort ubicada en la calle Llorente de Vigo y que reside en una urbanización de Baiona, fue larga y laboriosa. Agentes del Grupo de Seguridad Lógica de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional de Madrid, en colaboración con una brigada de Vigo, comenzaron las indagaciones hace un año, cuando el empresario afectado presentó una denuncia en la que explicaba que habían accedido de forma fraudulenta a cuentas de correo electrónico y cuentas bancarias de las que era titular y que estaban relacionadas con sus empresas.

Los policías analizaron los equipos informáticos afectados y comprobaron que estaban infectados por un "troyano", que es una aplicación que tiene la capacidad de recopilar información sobre una persona u organización sin su consentimiento. El programa espía se instaló de forma automática cuando el denunciante abrió un correo electrónico que contenía una supuesta factura de uno de sus proveedores y que en realidad estaba en blanco, informa la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil.

Desde ese momento, el "troyano" comenzó a monitorizar cualquier operación que se efectuara en el ordenador y enviaba periódicamente, concretamente cada nueve minutos, informes de su actividad a varias cuentas de correo electrónico que controlaba el detenido.

Cuentas

A través de este espionaje informático, Roberto C.B. accedió supuestamente a todo tipo de datos: obtuvo distintas contraseñas de acceso a cuentas de correo, cuentas bancarias y otros servicios de Internet, gracias a lo que consiguió una gran cantidad de información privilegiada sobre clientes, proveedores y otras relaciones comerciales de las empresas espiadas.

Además de la detención del empresario, los agentes practicaron un registro en la empresa de la calle Llorente de la que es gerente, donde procedieron a la incautación de tres equipos informáticos. En estas oficinas, donde trabajan varias personas, el silencio fue la norma ayer. Aunque dentro había actividad, las puertas permanecían cerradas a cal y canto.