El éxito o fracaso de una empresa puede depender de un simple correo electrónico, un lápiz de memoria o tan sólo un CD. El robo de datos a través de los ordenadores es cada vez más frecuente. Empresas de detectives de la ciudad lo constatan. Más de un centenar de negocios de la ciudad contrataron en el último año servicios de contraespionaje para "blindarse" contra la competencia. Los barridos telefónicos o la "limpieza" de salas de reuniones son los trabajos más frecuentes que realizan las empresas de agentes secretos. Los "hurtos informáticos" también están al orden del día y son cada vez "más habituales".

Las filtraciones de datos pueden arruinar a la empresa afectada y hacer de "oro" a la que consigue fraguar el robo. Detectives vigueses aseguran que en la ciudad se han llegado a pagar hasta 6.000 euros por la filtración de una base de clientes. Confiesan que las memorias USB se han convertido en el mejor sistema para llevarse listados confidenciales sin levantar sospechas.

La pulcritud y el disimulo son las "armas" con las que se trabaja en el hurto informático. Los antivirus se declaran muchas veces insuficientes para evitar la instalación en el ordenador de un programa que consigue registrar todos los movimientos del usuario sin levantar la más mínima sospecha. En inmobiliarias y negocios comerciales se registra el mayor número de espionajes. "La filtración de las carteras de clientes es lo más común", declaran los agentes secretos.

La dificultad de detectar a los "topos" y los mecanismos que éstos emplean obligan a las empresas a contratar los servicios de contraespionaje. El miedo y la desconfianza hacia algún empleado son la luz de alarma de los empresarios. Si las ventas se vienen abajo, entonces se ponen en manos de los detectives privados. "Normalmente los directivos desconfían cuando hay un descenso pronunciado de los ingresos", reconocen desde la empresa Indetec.

Los dispositivos de almacenamiento masivo -como los lápices o los discos de memoria externos- se han convertido en la mejor herramienta para robar información privilegiada. Estos aparatos permiten recopilar en muy poco espacio centenares de documentos que, si tuvieran que ser robados en papel, dificultarían en exceso la filtración de la información sin levantar sospechas.

Programas

La instalación de un programa "espía" en los ordenadores no sólo es cosa de los "topos". Los directivos también emplean estos software para controlar a sus empleados y evitar que éstos roben los datos de la empresa. Una maniobra que, por supuesto, desconocen los trabajadores. "Instalan los programas en el ordenador de los trabajadores y quedan registrados todas las cosas que ha hecho y las páginas que ha consultado. Según se configure puede recopilar más o menos datos", explican los detectives.