Jugando incrédulos con algo gelatinoso. Muchos de los bañistas que ayer paseaban por Samil se paraban delante de los ejemplares de medusa para tocarlos, cogerlos y analizarlos con gran curiosidad. Ignorantes de los riesgos de tocar estas especies, muchos incluso las cogían con las manos. Si para alguien pasaban desapercibidos los pequeños montoncitos transparentes y gelatinosos que se agolpaban a lo largo del arenal, bastaba con que alguien levantase una medusa para que todo un grupo de personas apareciese a su alrededor para admirar el especimen.

Que nunca antes se había visto nada similar en los arenales vigueses era el clamor general. Y de ahí la espectación creada. Niños y mayores no dudaban en tocarlas, para saber lo que eran. Y algunos incluso las cogían sin temor alguno. Un par de niños pequeños se metió en el agua para "cazar" todas las medusas posibles y recogerlas en una gran caja que los aguardaba en la orilla. Viaje tras viaje, cada vez llegaban con las manos más cargadas. "¡Pueden vendérselas a los chinos, que este año en Almería no encontraron!", exclamaban otros playeros en referencia a la colección de medusas recogida por estos pequeños.

No obstante, no todos se mostraban tan valientes. Los que paseaban por la orilla realizaban verdaderos ejercicios para sortearlas, y muchos de los bañistas se acercaban sólo con intención de mirar. Hicieron bien, puesto que los expertos recomiendan no acercarse a ellas y evitar su contacto directo con la piel.