Más cerca que nunca de sus animales preferidos. Once niños disfrutan desde ayer del campamento que por tercer año organiza el zoológico vigués. Una experiencia que se repetirá cuatro veces más este verano y para la que casi no quedan plazas.

Armados con todo tipo de útiles de campaña, ayer se construyeron ellos mismos las tiendas en las que pernoctaron. "Si atiendes no es nada difícil, sino muy divertido", indicaba Aitana Meira sobre el montaje. Para Manuel Fernández, no obstante, "poner las piquetas sí que cuesta". Además, van muy preparados. Raúl Díaz se llevó "guantes por si hay que hacer algo con pinchos, la cama (en alusión al saco de dormir), una especie de colchón para que no me moleste el suelo de noche, ropa y bañador por si me mojo, pijama...vamos... ¡todo!".

Los jóvenes que participan en el campamento, además, son muy activos y participan ilusionados en todas las actividades. Por eso, los monitores que los acompañan les han preparado un extenso planning que incluye desde manualidades hasta rutas botánicas y visitas para conocer a los animales. Ayer por la tarde, los pequeños tuvieron la oportunidad de rellenar balones con paja y tubos forrados de papel maché con comida que hoy les esconderán a los tigres y los monos en sus jaulas para después ver la reacción de éstos al encontrar los juguetes. "Es una forma bonita de que los niños participen en el trabajo diario del zoo", explicaba Juanjo Vázquez, responsable de Educación del mismo. Y ellos, encantados. "¡Esto suena muy divertido!", exclamaba Aitana Meira al comenzar el taller.

Una visita al planetario, conocer el zoo de noche -"es otra visión y los animales están más confiados", indica el coordinador-, y juegos de animación son otras ocupaciones de las que han gozado antes de desmontar sus tiendas esta tarde para volver a casa.