Riesgo, aventura y destrezas manuales sin gastar un duro. El Centro Comercial Gran Vía ofrece estos días la posibilidad de convertirse en piloto gracias a la instalación de un simulador de vuelo profesional. Sin necesidad de conocimientos previos, mareos, ni límites de edad.Y gratis. Se trata de una actividad encuadrada dentro de la semana cultural aeronáutica del Festival Aéreo.

El dispositivo fue instalado el miércoles, rodeado de una grande expectación. “Muchos niños se acercaban para que se lo dejásemos probar”, recuerda Pablo González, director del Festival Aéreo.

Sin embargo, fue ayer a las seis de la tarde cuando se puso a la disposición del gran público. El primero en sentarse ante las pantallas, el joystick y los pedales de control fue el joven Duarte Lores. “Había jugado con videojuegos pero nunca con uno de aviones”. Él ya venía con la intención de probarlo: “nos enteramos por FARO y queríamos ver cómo era”.

Pero no sólo eran principiantes los que se congregaban delante de las pantallas. El mundo de la simulación aérea es una “afición internacional, muy aditiva y que cuenta con muchos seguidores”.Así lo considera Rafael Haro, que ya tiene en casa el simulador:“No lo voy a probar porque pienso volar esta noche en mi casa”.

Aún así, se acercó al centro comercial para apoyar una iniciativa que le parece “maravillosa”. Y, como en todo, también hubo detractores. Un joven pasaba sin quedarse, mientras criticaba: “Se mueve muy lenta esa avioneta, no me gusta”.“En una cabina de verdad te quedarías con los hígados para abajo, pero con el simulador es demasiado fácil”, explicaba otro chico. Fácil comprobación Pero lo mejor es comprobarlo uno mismo.

Para ello sólo hay que acercarse a la planta de hostelería y restauración del área comercial hoy, de seis a diez de la noche, y mañana todo el día. La organización estima que, en los tres días que va a estar montado el dispositivo, lo prueben cerca de mil personas.