Preocupa al coordinador del 061 la juventud de muchos pacientes y el que no sean plenamente conscientes de los riesgos de una intoxicación etílica. Aunque ya representan un 17 por ciento de las salidas del servicio, Rafael García está convencido de que "no nos enteramos de la mayoría de los casos. Cuando son menores no se nos llama y suelen ser los compañeros los que intentan acompañar a la persona hasta que parece reponerse, aunque ello suponga a veces riesgo vital para la persona".

La percepción de peligro es baja y disminuye cuando todos los miembros del grupo han bebido alcohol. Su experiencia le lleva a reclamar la atención de los padres y "una mayor concienciación sobre el problema", ya que una buena educación es la única manera de cambiar un hábito tan arraigado al ocio.

Sorprenden las cifras en mayores de cuarenta años y para ello el coordinador del 061 tiene varias explicaciones "indirectas": hoy en día disminuye la sensación de vejez y la gente se mantiene activa más tiempo y, por otra parte, hay muchos divorcios y adultos solteros que hacen más vida social que antes.