Responsable de la empresa Bolina Sail y patrón, Carlos Pérez, recuerda entre las anécdotas más curiosas de los viajes con despedidas de soltero un novio al que llevaron a la playa de Barra disfrazado de pantera rosa. "Era un hombre de un metro ochenta", sonríe. El trabajo de patrón y la confianza que se adquiere mar adentro hace que "al final, trates a todos como amigos", explica. A su empresa han llegado clientes incluso de Valladolid o Cataluña. Se dedican a este servicio desde 2005 y tienen su muelle en Punta Lagoa. "Se bajan del barco para bailar, beber o cenar", apunta. El número máximo de personas que llevan en cada velero -de la firma Jeanneau- es de doce. Aún así, al contar con una flota de cinco, les permite transportar hasta a 60 personas. El precio mínimo por barco es de unos 600 euros y los veleros van de 10 a 14 metros de eslora y hasta dos camarotes. Es decir, el precio por persona puede ser de 70 euros. La temporada alta va de finales de mayo a septiembre y "suponiendo que alguien quiere que nos ocupemos de todo, lo hacemos", reconoce. "Nosotros ofrecemos rutas, no nos las piden. Necesitas programarlo, porque improvisar sólo es posible si lo permiten las circunstancias". "En puerto pueden llevar a un estriper; en la fiesta, pueden hacer lo que quieran", explica. "Hubo varios que durmieron en los camarotes y llegaron a Punta Lagoa sin enterarse del viaje en barco". Otras empresas lo ratifican.