Aena continúa con su escabechina floral en Peinador. Tras talar una docena de cedros y robles en el mes de febrero -algunos, centenarios- ahora le ha tocado el turno a las coníferas (tullas) y magnolias. Esta semana 60 árboles ya fueron arrancados de cuajo. Muchos todavía estaban ayer pudriéndose en el antiguo aparcamiento. El resto fue trasladado al interior del aeropuerto sin atisbo alguno de que vayan a ser trasplantados. "De la forma que los están quitando es imposible que sobrevivan. Los están dejando tirados para quemarlos o trocearlos", argumenta Manuel Lema, jardinero jubilado del aeropuerto.

Los operarios de Dragados ya no utilizan la motosierra, al menos de cara al público. Hasta el momento, 20 coníferas y 40 magnolias ya se han desraizado. Los trabajos continuaban ayer por la tarde. "Están quitando la hilera entera de coníferas que hace de cierre del aparcamiento. Aquí hay al menos 100 árboles. Algunos alcanzan el cuarto de siglo", explica Manuel Lema.

Los intentos del alcalde, Abel Caballero, de la concejala de Medio Ambiente, Chus Lago, y de varias agrupaciones ecologistas de poner freno a este destrozo -que comenzó hace cuatro meses- continúa siendo en vano.

Enfermos

Aena argumentó ya que estos árboles "no soportarían un trasplante", e incluso manifestó que estaban enfermos. Una apreciación que no comparte el jardinero Manuel Lema. "Yo mismo trasplanté hace 10 años las coníferas que hoy están arrancando. Todas sobrevivieron. ¿Enfermos? Aparentemente no lo están. No creo que nadie pueda emitir un informe diciendo esto. Cuando un árbol está mal tiene un color castaño, al menos alguna de sus partes; y sus puntas tienden a estar torcidas. Ninguna de las coníferas presentan estos síntomas. Además, se les ve robustas, bonitas y con la parte superior bien recta", sentencia.