La "desaceleración profunda" en la economía también afecta al gasto vacacional de los vigueses, que han empezado a apretarse el cinturón. Las reservas en las agencias de viajes han caído hasta un 20%, según las empresas consultadas y la asociación provincial, y la "clientela de calle", ciudadanos con un poder adquisitivo medio, busca destinos más baratos que en los últimos años, en los que el sector vivió una etapa de auge. "Hay tardes enteras en las que estamos de brazos cruzados", resume la responsable de una importante compañía.

Los destinos más caros son los más perjudicados. Muchos clientes han renunciado este verano a destinos exóticos como los países asiáticos -Tailandia, Vietnam, Camboya, Bali-, e incluso a los circuitos centroeuropeos. "Algunas famillias que gastaban 4.000 euros buscan presupuestos de 1.500", señala una responsable de Viajes Eroski. En su caso, los lugares que más se solicitan ahora para desconectar son la costa valenciana, Algarve y otros destinos de costa como las Islas Canarias, donde abundan especialmente las ofertas en régimen de media pensión o completa. El Caribe y Ribera Maya han sido los perjudicados. Los vigueses quieren sol y playa, pero más cerca y por un precio más asequible.

Preocupación

De momento las agencias no hablan de crisis, pero ven el descenso de actividad con preocupación. "Mayo, un mes de venta anticipada, ha sido terrible", ejemplifica Patricia Martínez, responsable de cuatro oficinas de Viajes Halcón. Sólo Estados Unidos, "que ha experimentado una subida", resiste el descenso generalizado en los viajes transoceánicos en las agencias que coordina.

El presidente de la asociación provincial del sector, José Ángel Espada, califica el descenso de "importante" en la demanda del segmento de clientes "populares", mientras que los de empresa se mantienen. "Los destinos más lejanos se han resentido", confirma.

Los clientes se lo piensan más a la hora de comprar y "buscan economizar", apunta una responsable de Viajes Iberia. En Airbus, el responsable de ventas Antonio Núñez, con 30 años de experiencia en el sector a sus espaldas, lo ratifica. "Siempre se ha regateado el precio, pero no con tanta exageración como ahora", cuenta.