El Concello se lava las manos y elude responsabilidades ante una posible intoxicación por el consumo de agua contaminada en alguna de las fuentes públicas, como sucedió en Lugo. "Es imposible controlar el estado de los surtidores en tiempo real. Nosotros no podemos garantizar que los manantiales están bien", reconoce la edil de Medio Ambiente, Chus Lago.

La intoxicación de 18 personas en Lugo tras beber agua contaminada de una de las fuentes municipales ha llevado ya a su gobierno local a recomendar que no se consuma líquido de ninguno de los surtidores públicos. La edil de Medio Ambiente viguesa no ha llegado a este extremo, pero es precavida ante un posible problema. "Ya está previsto colocar en todas las fuentes municipales un cartel en el que se informará que el agua no está garantizada sanitariamente. Creemos que es lo más lógico, pues no podemos decir que es potable si realmente no lo sabemos. A partir de ahí, quien beba tiene que saber que lo hace bajo su responsabilidad", advierte.

Carteles

El Ayuntamiento ya retiró todos los carteles que advertían sobre la potabilidad o no de las fuentes. Esta medida no cancela la inspección periódica de la calidad del agua que realiza el laboratorio municipal cada tres meses. "Éste es el problema. Se puede analizar hoy un surtidor y que el resultado dé positivo, pero nadie nos puede garantizar que en los próximos tres meses no se contamine", argumentan fuentes municipales.

Pese a la retirada de los carteles, el gobierno local cuelga en la página web del Concello el informe sobre la calidad del agua de cada una de las fuentes de la ciudad. Ubicación, origen, calificación (potable, no potable o sin calificar) y fecha en la que se realizó el estudio. Éstos son los datos que todos los vigueses que tengan la posibilidad de acceder a internet podrán conocer de los surtidores. Sin embargo, este informe no garantiza tampoco la potabilidad del agua de las fuentes, pues algunas pueden llevar hasta tres meses sin haber sido analizadas.