Ni la cinematográfica “Loca Academia de Policía” podría llegar a ser tan graciosa y absurda como algunas de las multas tramitadas por los agentes locales de Vigo. El último “chiste” en forma de sanción reflejaba como un Mini Cooper conseguía ponerse a 750 Kms/h por la avenida de Castelao.

Un logro sólo a la altura del coche fantástico y de las mejores historias de ciencia-ficción. Por supuesto, en el mundo de los mortales este exceso tenía que tener una explicación cabal. Como en muchas ocasiones, un error humano convirtió los 75 Kms/h a los que circulaba el vehículo, en los 750 que le fueron notificados. Un simple cero que se escapó a la hora de tramitar la sanción y que dejó boquiabierta a la “infractora”.

Zanjada la equivocación, la Policía Local bien podría incluir esta “broma” en un recopilatorio de multas sin sentido. Siguiendo con los absurdos y dentro del capítulo de seguridad incluirían al vigués Sixto Blanco. Un “atrevido” ciudadano que fue multado por conducir su coche sin llevar puesto el casco. “No me lo creía. Le di varias vueltas al papel para ver si tenía algún sentido, pero nada. La multa era clara: mi coche, mi matrícula y una denuncia por no llevar puesto el casco”, recuerda.

Y, si la infracción era ya cómica, su recurso no fue menos. “A no ser que se celebrara una competición deportiva en la ciudad y que yo participara en ella, creo que no estoy obligado a conducir con casco”, expuso. Editado el capítulo de seguridad, los agentes tendrían que ponerse a escribir el apartado de “calles fantasma”.“¿Dónde están los Jardines de Eduardo González?”.

Ésta fue la pregunta que se realizó otro vigués cuando recibió una multa por mal estacionamiento en dicho enclave. Undesliz de un bolígrafo municipal que le obligó a recurrir la sanción y dejar en evidencia, una vez más, el despiste de los agentes. Para más inri, recuerda, “en esa fecha estaba de vacaciones”. Las sanciones cómicas de la Policía Local también traspasan fronteras. La última multa “alocada” llegó 1.300 kilómetros al sur de la península.

Un almeriense octogenario recibió una sanción por circular sin cinturón de seguridad por las calles de Vigo. En su recurso también optó por emplear la misma gracia con la que recibió la notificación. “Vivo en Almería desde hace 17 años, que pasé a jubilado.

Qué más quisiera yo que hacer 1.300 kilómetros en coche a mi edad. Jamás he salido de las provincias limítrofes. A mis años nos preocupamos por todo, y un susto de éstos, a parte de lo desagradable desvela, créanme”, sentencia en su recurso.