No era tan grave. El subdelegado del gobierno, Delfín Fernández, negó ayer la mayor tras la oleada de asaltos en Candeán y Cabral durante las últimas semanas, y se ciñó a la "terminología" policial para sostener que la alarma vecinal fue excesiva. Fernández rechazó la definición de "asalto", y límitó los hechos delictivos a "robos", pese a que en las diez viviendas afectadas había personas dentro. Los autores tampoco pertenecían a una "banda", sino a lo que en el lenguaje policial se denominaría como "grupo itinerante organizado". La situación, con las medidas adoptadas, "está controlada", según manifestó ayer tras la reunión de la Junta de Seguridad convocada por el alcalde para abordar el asunto. Descartó por ello reforzar la vigilancia, aunque puntualizó que se mantendrá la actual de forma estable.

El subdelegado también redujo la lista de delitos en ambas parroquias. "Fueron cinco robos consumados, más una tentativa, y este fin de semana hubo otro en una tapería y saltó una alarma en una casa. En este último caso la investigación va por buen camino y hay probabilidad de que el autor sea detenido muy pronto", explicó. Sin embargo, los vecinos denunciaron diez asaltos a casas, otro en una cafetería y uno en un bar. A estos se unió el atraco a la vivienda de uno de los socios de la empresa Las Cinco Jotas, que recibió una brutal paliza. Fernández aseguró que está en permanente contacto con la asociación de vecinos. La presidenta del colectivo de Candeán, Mercedes Collazo, lo negó ayer. "Con nosotros no han hablado", afirmó.

Tres robos "peculiares"

De los seis robos que cita el subdelegado, tres tendrían características "peculiares", ya que sus autores serían un grupo organizado itinerante. "Los demás son delincuentes autóctonos", expuso, para agregar que "hubo una respuesta inmediata y la situación está controlada". La elección de Candeán y Cabral por parte de los malhechores se debió a que es una zona "muy bien comunicada, lo que facilita la fuga".

El alcalde, Abel Caballero, también mantuvo que se tomaron las medidas adecuadas desde el primer momento y manifestó que "la coordinación entre la Policía Local y la Nacional es magnífica". Aunque ni él ni Fernández quisieron precisar el operativo, según ha podido saber este periódico actúan en la zona tres patrullas uniformadas y dos agentes de paisano. Además, está activado un dispositivo de vigilancia permanente ante cualquier eventualidad en las dos parroquias.

Caballero también insistió en su rechazo a la iniciativa de algunos vecinos de organizar patrullas. "Los piquetes son ilegales y su actuación sólo hace empeorar la situación. Estas labores las hace la Policía, porque los agentes están entrenados y preparados", alegó al respecto.

Demanda vecinal

Por su parte, los vecinos demandaron que se mantenga la vigilancia hasta que esté garantizada la seguridad. "Vemos más policía, pero este fin de semana hubo nuevos hechos. Tienen que seguir con el mismo control al menos varias semanas", señaló la presidenta de la asociación de Candeán, para subrayar que "es falso" que hayan parado los robos". Collazo negó que hubiese contactos con la asociación para mantenerles informados. "Notamos la presencia de los agentes, pero nadie habló con nosotros", apostilló.