Los agentes de la Policía Local que actuaron en la Florida realizaron un atestado judicial para determinar las posibles responsabilidades del incidente y dieron parte al Concello. Horas después, fuentes municipales confirmaban que la Concejalía de Urbanismo abrió una investigación para esclarecer las causas del accidente.

Ante la gravedad de los hechos, el gobierno local advertía para evitar sucesos similares que "se mantendrá un estrecho control sobre el cumplimiento de la normativa de Inspección Técnica de Edificios", un reglamento que entró en vigor el pasado año y que obliga a las comunidades de propietarios a revisar las condiciones de los edificios.

El problema es que se está empezando a aplicar de manera progresiva empezando por los edificios más antiguos, un grupo en el que no entraría el inmueble de la Florida donde se produjeron los desprendimientos, construido hace 18 años y relativamente joven.

También se pronunció sobre los hechos la Concejalía de Movilidad y Seguridad, donde al parecer no constan avisos de que existiese alguna situación de peligro en el edificio. Tampoco se registraron quejas sobre el inmueble a través de los servicios de atención al ciudadano.

Eso sí, fuentes municipales recuerdan que el bloque de viviendas donde ocurrieron los hechos está cubierto con ladrillo caravista, un material que, con el tiempo, tiende a desprenderse y es cada vez menos frecuente en nuevas construcciones.

El suceso de la pasada madrugada conmocionó A Florida, pero el edificio número 42 no es el único afectado por desprendimientos en la zona. Apenas unos metros por detrás, en la calle Irmáns Sarabia, se puede ver un edificio de unos cinco años los huecos de varias losetas de la fachada lateral desplomados.