Antes de la resolución de la tarde, las tres candidatas se sometieron a un último examen: la exposición del proyecto definitivo en 55 minutos ante los 27 miembros de la FISU con derecho a voto.

Vigo apostó por la emotividad y finalizó su tiempo con la entrega de un olivo -símbolo de Vigo- al presidente del organismo de manos de una niña de 4 años llamada Lucía, mientras Xosé Manuel Budiño interpretaba magistralmente a la gaita el Habemus Igitur, el himno de la Universidad. Éste fue el broche de oro a una completa exposición para la que se reservaron cinco importantes novedades. En el ámbito universitario, se anunciaron 500 becas para deportistas de la Universiada interesados en realizar un postgrado en Galicia y 400 ayudas para los atletas de países menos desarrollados.

Uno de los puntos que más gustaron fue el ofrecimiento de Vigo de redactar la Carta Verde de la Universiada, que combinando los valores del olimpismo y la sostenibilidad aspiraba a fijar la hoja de ruta en competiciones posteriores.

A última hora llegaban también dos "sorpresas" pero en el terreno económico, el escrito de apoyo del comisario de Cultura y Deporte de la UE, Jean Figel, que podría traducirse en una subvención de cinco millones de euros. El encargado de leerlo fue el director del proyecto vigués, Roberto Álvarez, quien también anunció el apoyo del Foro Español de Marcas Renombradas, integrado por 85 empresas que representan el 39% del PIB español. Entre ellas figuran Adolfo Domínguez, Alfageme, Calvo, Coren, Inditex, Pescanova y Rodman.