El Sergas trata de enmendar las elevadas temperaturas que se registran en el Hospital Xeral con un sistema sustitutivo del aire acondicionado que se averió hace un mes, pero la imposibilidad de encenderlo por la noche obliga al personal a abrir las ventanas.

Están especialmente afectados los de la tercera planta, donde se ubica la Unidad de Neonatos, y en la que el personal de Enfermería se queja de que el servicio soporta treinta grados de noche. Durante la mañana de ayer, el problema estaba minimizado, según confirmó el personal que cuida de los bebés prematuros. "Ahora incluso hace fresco", aseguró a mediodía una trabajadora. Sin embargo y "por problemas con una pieza" aún desconocían si podrían encender la ventilación durante la noche y así regular la temperatura. El problema nocturno estriba en las protestas de vecinos por el ruido que genera el funcionamiento de los ventiladores. Un problema que tiene difícil solución, a los ojos de las trabajadoras y que las obliga a abrir las ventanas, puesto que el lugar en donde se alojan los prematuros está rodeado de una cristalera.

El calor registrado durante estos días, unido al que generan las máquinas térmicas y a la avería del sistema de aire acondicionado, propició las quejas de los trabajadores, que temían por posibles perjuicios en la alimentación de los veinte niños que están ingresados. El problema se acentúa por la noche porque -según el testimonio de las seis enfermeras que firmaron un escrito de protesta- la ventilación no puede encenderse por el ruido que llega al vecindario.

I.F., una de las empleadas más veteranas, aseguró que saben exactamente la temperatura que se registra en el interior de las unidades porque cuentan con varios termómetros en la planta y que uno de ellos llegó a registrar los 30 grados durante la noche del viernes. La situación vivida esa noche -la más crítica desde la avería- fue lo que llevó a las enfermeras a elevar un escrito de protesta. El resto de servicios tampoco son ajenos a las altas temperaturas, según el personal. Los responsables sanitarios aseguraron que el cambio de aparatos concluirá en el plazo de dos meses. Mientras, se vieron afectadas algunas pruebas, sobre todo los análisis de sangre y la actividad del laboratorio. Hace tres semanas tuvieron que ser suspendidas temporalmente, porque el calor de máquinas y exterior podría estropear las pruebas. La actividad fue restablecida la semana siguiente. En los calurosos días vividos esta semana, algunos pacientes ingresados tuvieron que abrir ventanas.