El Juzgado de lo Social número 2 de Vigo reconoció en una sentencia la nulidad de los despidos de medio centenar de trabajadores del grupo Marbar, cuyo propietario, Manuel Martínez Barros, huyó a finales de enero pasado y abandonó a empresas y trabajadores, y estableció indemnizaciones a los empleados que oscilan entre los 1.000 y los 30.000 euros.

Según confirmó el abogado de la CIG, Roxelio Fernández, la juez declaró la nulidad de los despidos y la extinción de los contratos desde el 7 de abril, fecha a partir de la cual se establecen las indemnizaciones. Dichos pagos oscilan entre los 1.000 euros de los trabajadores con menos antigüedad y de categorías inferiores, hasta los 30.000 euros para operarios que trabajaban en Marbar desde hace más tiempo.

La sentencia también establece la responsabilidad solidaria de todas las empresas que pertenecen al grupo Marbar (Granite 99, Edificaciones Marbar, Granitos Tebra y Granitos Marbar) ya que los empleados del grupo trabajaban "indistintamente" en ellas y la actividad de todas ellas está relacionada.

Además, se reconoce la antigüedad de casi todos los operarios, algunos de los cuales estaban vinculados a Marbar desde hace unos 15 años, a pesar de que sus contratos fuesen de sólo un año de duración. En los pocos casos en que no se reconoce esta antigüedad, el sindicato ha anunciado que recurrirá la resolución judicial.

No obstante, la ejecución de la sentencia podría retrasarse debido al recurso de la CIG para que se reconozcan todas las antigüedades --aunque el sindicato pedirá una ejecución parcial para que se puedan empezar a cobrar las indemnizaciones-- y también porque una de las entidades acreedoras, el Banco Gallego, ha presentado una petición de proceso concursal, para que se establezcan las preferencias y garantía de cobro.

Empresarioa huído

Los empleados de Marbar se encontraron, el pasado 21 de enero, con que la empresa estaba cerrada y que su gerente y propietario había desaparecido. Pocos días después, era el propio hijo de Martínez Barros quien les comunicaba el despido "por motivos económicos".

Este cierre provocó la reacción de decenas de empresas proveedoras y entidades bancarias afectadas por la situación de Marbar, ya que tienen pagarés pendientes de cobro y deudas que, en conjunto, suponen millones de euros. Además, la división de promoción inmobiliaria del grupo, dejó varios edificios sin terminar, y con los pisos vendidos, en la localidad pontevedresa de A Cañiza, así como chalets en Tomiño y otras promociones en municipios gallegos y de Portugal.