El Gobierno de Portugal investiga el sablazo dado al vigués Enrique Sanjurjo en la aduana del aeropuerto de Oporto. La denuncia, que fue publicada ayer por FARO, ha movilizado hasta tres ministerios del pais vecino. "Interior, Fomento y Finanzas iniciaron ya las pesquisas para saber qué sucedió en éste y otros casos", como comunicaban ayer desde la embajada de Portugal en España.

La reacción de las autoridades lusas ante esta nueva denuncia de un vigués en la terminal de Sá Carneiro fue inmediata. El canciller del consulado de Portugal en Vigo, Octavio Lima, informaba de lo acontecido a la embajada de su país ayer primera hora de la mañana. "Nos extraña que haya ocurrido algo así. No obstante, ya se ha informado a Madrid de lo ocurrido para que estudie qué medidas tomar", explicaba. Apenas dos horas más tarde fuentes de la embajada lusa notificaban que el Gobierno portugués acababa de abrir una investigación para esclarecer lo ocurrido.

"Se ha solicitado a la dirección de la aduana del aeródromo de Oporto que entregue un informe sobre todo lo que ha pasado en el caso de Enrique Sanjurjo. Asimismo, se está comprobando si las tasas aplicadas -1.200 euros por varias prendas de ropa y tres teléfonos móviles- son las que se corresponden con las reales", informan las autoridades portuguesas.

Recibo

El Gobierno luso es precavido y prefiere investigar lo ocurrido antes de emitir cualquier valoración. No obstante, y tras hablar con la dirección de la aduana del aeropuerto de Sá Carneiro, las autoridades portuguesas desmentían ayer a última hora de la tarde que a Enrique Sanjurjo no se le hubiera dado ningún recibo de las tasas que había tenido que abonar. "La directora afirma que sí se le entregó de forma detallada con los bienes tasados".

"¡Esto es indignante! Lo que están diciendo es falso", exclamaba Enrique Sanjurjo tras conocer el desmentido de la dirección de la aduana. "Lo único que me entregaron fue un papel escrito a mano y en el que se suman dos cantidades, pero sin especificar nada más. Yo les exigí el recibo. Su respuesta fue la de amenazarme con llevarme a la cárcel. Ante esa situación, pagué y continué mi camnino para evitar problemas mayores", comenta todavía sorprendido.

Las autoridades lusas justifican el intensivo control en las aduanas de los aeropuertos por a la "ingente" cantidad de falsificaciones que aseguran que entran en el país. Ahora investigan si esos "cacheos" son diferentes para los ciudadanos españoles.