Calma nocturna en los pasillos del hospital, una sábana que se descuelga desde una ventana del segundo piso, alguien que desciende los ocho metros que le separan de la acera y, una vez en la calle, huye a toda prisa y en pijama. Fue una escena digna de película, pero nadie estaba allí para rodarla. El menor accidentado en Bueu hace apenas dos semanas tras fugarse de un centro de Ourense junto a otra joven volvió a demostrar sus habilidades para el escapismo y la supervivencia el pasado domingo en la clínica Povisa, donde se recuperaba de las graves heridas sufridas en el siniestro. Las fuerzas de seguridad indagan ahora su paradero.

El paciente, de 16 años, había ingresado en el centro hospitalario vigués el 26 de marzo con la mandíbula fracturada y otras lesiones de consideración. Llegó a practicársele una traqueotomía y hasta el pasado miércoles permanecía en la Unidad de Cuidados Intensivos, desde la que se le trasladó a una habitación de la segunda planta para continuar su convalecencia.

No estaba sometido a ningún tipo de vigilancia y aprovechó que la sala común de su piso estaba vacía para arrojar la ropa de cama por la ventana en torno a las 21.30 horas y evadirse por la calle Tarragona. Su desaparición fue detectada al poco tiempo y denunciada por los responsables del centro, que no han querido manifestarse aunque sí confirman que no habían establecido medidas especiales de seguridad, como en las ocasiones en las que prestan atención médica a presos, porque nadie se lo requirió.

La razón podría deberse a que el menor estaba ingresado en el centro educativo de Montealegre en régimen de protección, no de reforma, por lo que se entiende que puede prescindir de vigilancia a no ser que sea solicitada expresamente por un juez o la institución que tenga su custodia, en este caso la Xunta de Galicia.

La consideración de protección se reserva para aquellos jóvenes que provienen de situaciones de riesgo o abandono, mientras que la de reforma es para aquellos que han cometido algún tipo de delito y sus protocolos incluyen vigilancia.

Fuga en autobús

La peripecia del joven huido comenzó hace más de dos semanas cuando se escapó del centro educativo Montealegre de Ourense acompañado de otra chica de 15 años. Al parecer, tomaron un autobús hacia Vigo y su rastro reapareció el día 26 de marzo en Bueu cuando se cayeron por un terraplén con un Opel Corsa robado en la calle Sanjurjo Badía.

El vehículo, conducido por el menor, se salió de la PO-315 en una curva peligrosa cerca de Aldán y cayó por un barranco de unos ocho metros. El automóvil carecía de airbag y el joven, que no llevaba puesto el cinturón de seguridad, se fracturó la mandíbula y sufrió cortes en el paladar.

Ambos fueron trasladados a la clínica Povisa de Vigo. La chica se quejaba de dolores en el brazo y un costado, pero recibió el alta médica el mismo día, mientras que el menor quedó ingresado en estado grave.

El conductor de un autobús que cubre la línea regular entre Bueu y Cangas dio la alerta al 112 tras ver cómo el joven ascendía por el barranco con la cara ensangrentada. Al lugar se desplazaron efectivos de la Policía Local, Protección Civil, Guardia Civil y el 061. La Fiscalía de Menores de Pontevedra confirmó en ese momento que se haría cargo de ambos jóvenes.