La nueva autovía a Porriño ya tiene trazado definitivo y presupuesto estimado: 169 millones de euros. El Ministerio de Fomento ha aprobado el estudio informativo del vial que se convertirá en alternativa a la peligrosa A-55, y da así luz verde a la redacción del proyecto constructivo. En 2009, si se cumplen los plazos marcados por la Xunta, las máquinas empezarán a trabajar, y dos años y medio después la autovía entrará en servicio.

El BOE publicó ayer la resolución que da fin a un largo y complejo proceso para decidir el trazado. Fomento manejaba diez propuestas con hasta 23 combinaciones posibles, y la elegida incluso incluye una modificación sugerida por el Ministerio de Medio Ambiente para aminorar el impacto en el enlace con la A-55 en Mos. El trayecto definitivo tiene una longitud de 10,3 kilómetros, y las sinuosas curvas de la autovía actual se salvan con un túnel de 2,8 kilómetros que atravesará la montaña que separa Vigo de Mos. El vial se unirá, directamente, a la A-52 -la autovía de las Rías Baixas-, por lo que dotará a la ciudad de una conexión directa hacia la Meseta. La velocidad prevista en el estudio informativo para la carretera es de 80 a 100 kilómetros por hora.

Viaductos

La nueva autovía a Porriño -con dos calzadas de siete metros de ancho por sentido- entronca con la actual al término de la avenida de Madrid, pero evita la subida a Puxeiros a través de un trazado por el valle del Río Eifonso. Para sortear el cauce se proyecta abrir un viaducto de 180 metros de longitud. Será el primero de los cinco distribuidos a lo largo del recorrido, que sumarán un total de 1.430 metros en los distintos puentes.

La autovía tendrá tres enlaces en los principales nudos de comunicaciones. El primero, en Baruxáns (Bembrive), permitirá los movimientos con la actual A-55 hacia Puxeiros, y la entrada y salida de la ciudad. En este caso la velocidad en los ramales está limitada a sesenta kilómetros por hora, debido a la alta densidad de tráfico en la puerta de acceso a Vigo.

El segundo conecta en Mos el nuevo vial con la actual autovía a Porriño, que pasaría a convertirse, según los planes de la Xunta, en una travesía urbana.

Por último, el estudio de Fomento establece la construcción del enlace de la nueva autovía con la A-52, a su paso por el municipio de Porriño.

La resolución del ministerio y el informe anterior de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental establecen una serie de medidas para reducir el impacto de la obra. El proyecto deberá reponer todos los caminos y servicios afectados, con especial indicación al Camino Portugués de peregrinación a Santiago. Medio Ambiente también pide un estudio concreto sobre las posibles afecciones al patrimonio cultural en toda la zona que atravesará la nueva comunicación por carretera.

El trazado elegido, que forma parte de las siete propuestas del llamado "corredor sur" que plantearon los técnicos de Fomento, cuenta con un túnel de longitud intermedia. Los pasos subterráneos en las distintas alternativas oscilaban entre los 1.885 y los 3.460 metros de longitud.

Finalizado el estudio informativo, la Consellería de Política Territorial estima ahora que a principios del año próximo se licitará el proyecto constructivo.

Críticas vecinales

La plataforma Defende Mos rechazó ayer de plano la obra y defendió su propuesta -avalada por la Confederación de Empresarios- de liberalizar el peaje de la autopista a Porriño para solucionar los problemas de la A-55. "Rechazamos cualquier trazado, y éste afecta a cien casas", señaló la portavoz del colectivo, Pilar Rodríguez.