Cuando sus compañeros de la Clínica Fátima se enteraron de que se marchaban a Uganda y que se podían mandar cosas, les llenaron las manos. Gracias a sus aportaciones y a las de los departamentos de Mantenimiento, Farmacia y Quirófano, además de la dirección y la gerencia, reunieron un contenedor de más de mil kilos que enviaron a través de Iberia.

María Otero recuerda que "salió una semana antes que nosotras, pero no llegó hasta un día antes de que regresáramos". Así, "pudimos ir al orfanato y repartir los juguetes que llevábamos. Fue maravilloso y una manera de despedirnos", recuerda la médico traumatóloga.

Además, quiso resaltar el trabajo de dos cirujanos italianos que trabajan en Kampala habitualmente. "Trabajan con poquísimos medios y dejándose la piel un día tras otro. Es impresionante".