Actos vandálicos, accidentes de circulación o polución acaban con la salud de muchos de los árboles que ornan las aceras, medianas o isletas de la ciudad. Los coches constituyen el más nocivo virus para especies tan delicadas como los olivos, a los que fue encomendada la función de "humanizar" la ciudad. "Una camelia torcida por un golpe de coche, se aisla, se poda y se cura, con cicatrizantes". Son palabras del jefe de servicio de Parques y Jardines, Rafael Lage, que se refiere a cómo a menudo se ven obligados a reponer cientos de plantas, cuando un coche se sube a una de las zonas ajardinadas. Las plantas de temporada también sufren hurtos a menudo.

El vivero municipal de O Castro hace las veces de "sanatorio" vegetal, ahora que el mantenimiento del setenta por ciento de los espacios verdes de Vigo es encomendado a empresas concesionarias y el parque ya no cumple las función estricta de semillero de plantas para la ciudad que desempeñó durante años. Unos doscientos tallos conviven hoy en las dependencias municipales, unos a la espera de ser curados -rosáceas atacadas por pulgones o robles con hongos- y en la mayor parte, almacenados a la espera de la próxima revegetación.

A las puertas del vivero, está Gerardo Sánchez Vicente, el jefe del equipo de mantenimiento de O Castro que trabaja desde mediados de los ochenta en unas labores que llegaron a ocupar a casi cuarenta personas. Ahora se encarga del cuidado de las decenas de camelias que pueblan el jardín, aunque el invernadero tiene muchos departamentos vacíos. Hasta hace unos días, allí estuvieron todas las plantas que se destinaron a la Plaza de Portugal.

En los semilleros aún se pueden ver crecer hortensias, "laurus", alcubas, evónimos (especie ornamental para formar setos) o escalonias, plantas que se destinarán a las zonas de sombra de los jardines municipales. "Hace unos años esto estaba repleto de plantas de temporada, ahora se compran directamente a viveristas porque sale más rentable", recuerda nostálgico el responsable de mantenimiento.

Los servicios de jardinería municipal se reducen al monte de O Castro y a parte del parque de Castrelos y exteriores -no del pazo-. Así, la concesionaria se encarga de las zonas verdes del resto de la ciudad.

Maquinaria

"En el parque de O Castro siempre estuvieron las brigadas de mantenimiento de los jardines de toda la ciudad, la maquinaria y el almacén", afirma el jefe del servicio de Jardines. "Antes cumplía la función de centro de trabajo y cultivo de plantas, ahora de aquí sólo sale el personal para O Castro, porque para Castrelos, también está contratado el mantenimiento de parte del parque", explica Lage. "Es más rentable comprar las plantas que cultivarlas y además, ahora corre a cargo de las empresas cubrir los jardines con las plantas de temporada". Los operarios aún guardan allí los aperos de jardinería y se cambian cada mañana para empezar la jornada.