Las tijeras también pueden cortar con el mercado sexual. Dieciocho diseños textiles realizados por mujeres de Camboya, Vietnam y Laos rescatadas de mafias de prostitución, lucieron ayer en el auditorio del Concello. Ocho colaboradores de la asociación Alecrín, siete mujeres y un hombre, pasearon dos veces con trajes de seda camboyana y algodón. La pasarela solidaria reunió a un centenar de personas, bajo una delicada melodía oriental de fondo. Se promociona al mismo tiempo la recuperación de la tradición textil de la seda en Camboya, que se perdió a causa de la guerra.

Las camisas, chales y faldas de colores siguieron el patrón de diseñadores europeos para adaptarse a las modas, aunque con corte oriental, y se pueden adquirir en la tienda de MunDos: "No desfilan como prototipos estéticos, sino con su propia belleza", presentó la responsable de la tienda a los modelos. La ong Afesip, organizadora de la actividad, se encarga de dar cuidados médicos y psicológicos, además de una salida profesional en la confección, a las mujeres que rescatan de mafias de explotación sexual. "Se trata de ropa original y de buena calidad", destacó la representante de la ong en España, Lorena Pajares. La presidenta de Alecrín, Ana Míguez, aprovechó la palestra para destacar que "no son diferentes a las mujeres inmigrantes prostituidas que tenemos aquí y que salieron de su país porque la pobreza se ensañó con ellas". "Hoy podemos encontrar ejerciendo mujeres menores de edad en Vigo, porque vienen con los papeles falsificados", destacó. Antes de la pasarela, un documental repasó la situación de los obreros textiles, dedicado a los "trabajadores valientes, que luchan cada día".