La pieza ideada por Eduardo Álvarez medirá "entre treinta y treinta y tres centímetros" y en ella habrá sitio para la primera letra del nombre de la ciudad, su escudo, su bandera e incluso olas que simbolicen la ría.

La llave, repujada en oro y plata y cincelada en alto relieve, finalizará con una pieza en forma de uve y de perfil "similar a los bordes doblados de un pergamino". En medio, se incluirán la bandera de la ciudad, elaborada con coral y nacar, así como el escudo cincelado en oro de diferentes colores. "A mí me gusta más el formato en el que el olivo abraza el castillo", explica Álvarez. Los dientes o surcos de la llave simularán el fuerte de O Castro bajo el que correrán las olas de la ría.

Esta auténtica joya todavía permanece en su primera fase, que incluye el repujado en plata de la base. Una vez rematada, será el Concello el que decida si la acepta como símbolo de la ciudad y uno de los máximos reconocimientos de los que puede hacer entrega.