Casi tres mil vigueses, es decir, uno de cada cien habitantes, tiene intolerancia al gluten y es celíaco. Prácticamente la mitad de ellos son menores de edad, según confirman asociaciones y facultativos médicos. El último año se descubrieron cincuenta nuevos casos, aunque la mayor parte están aún sin diagnosticar, en opinión de los expertos.

La Asociación de celíacos de Galicia (Acega) asegura que el número de afectados ha crecido en los últimos tiempos, pero ahora la enfermedad se detecta antes. Han pasado a registrar un socio nuevo cada día y en la zona de Vigo ya tienen 421 inscritos. Insisten en que es la enfermedad crónica del intestino más numerosa en el país y la única que no tiene un tratamiento subvencionado, ya que la dieta es el único fármaco contra la dolencia.

La intolerancia al gluten (una proteína) constituye una enfermedad crónica y para toda la vida, que exige una dieta rigurosa que excluya este componente de los alimentos, sobre todo de pastas y harinas. Los celíacos sufren una atrofia de la flora del intestino, que impide que absorban los nutrientes alimenticios. Por eso, los niños celíacos son "malos comedores" y en ocasiones tienen retrasos en el crecimiento y el peso o, incluso, el vientre ligeramente abultado. Los síntomas suelan ser vómitos, diarrea y, a veces, depresión.

Afectados por la enfermedad explican que algunos pacientes han descubierto que eran celíacos a los 35 años y tras diversas pruebas médicas. En el caso contrario se encuentra la hija de Lalo V., cuyo pediatra fue capaz de detectar la enfermedad con sólo 20 meses. Lo más desagradable, explica, es que para extraer una muestra de la zona afectada se realiza una endoscopia y, al tratarse de niños, hay que sujetarlos durante la prueba. En lo demás, la familia asegura que ha mejorado su dieta con los productos sin gluten: "Hay que tener cuidado al comer fuera de casa porque, por ejemplo, la niña no puede comer patatas fritas si en el mismo aceite se han freído antes croquetas", advierten.