Mientras los investigadores ultiman su traslado desde el campus Rocío Rendo y Alicia Abalo ya han estrenado el laboratorio del módulo uno y han podido comprobar que cuenta con un "moderno" equipamiento.

"Es una maravilla. Antes había que ir al Oceanográfico a buscar agua y el trabajo en el campus era muy complicado y limitado. Ahora la gente podrá abrir su mente", asegura Rendo, que lleva casi un año en la estación y pertenece al grupo del director del centro, Ricardo Beiras. Su compañera se trasladó hace algo más de un mes desde el Instituto de Investigaciones Marinas y ambas participan en estudios sobre contaminación marítima.

Durante las últimas semanas, Paula Conde ha preparado el módulo dos para albergar a los caracoles con los que trabaja y que llegaron a la estación este mismo jueves. Pertenece a un grupo de genética y su proyecto se basa en cruzar dos ecotipos de la especie."Intentamos que se apareen entre ellos y después analizar los ejemplares que obtengamos", explica la investigadora.

Asegura que el estudio sería "inviable" en el campus y que la estación es "fundamental". Eso sí, aunque se confiesa "encantada" por las vistas a las Cíes dice que "se echa en falta alguna cosilla que el arquitecto no se planteó".