Aprobado general en diversión. San Pepe cumplió las expectativas y los universitarios no vacilaron en otorgar una Matrícula de Honor a esta "asignatura" festiva que, por desgracia de muchos, tan sólo se cursa una vez al año y no convalida ningún crédito.

La macrofiesta universitaria comenzó a cobrar vida a primera hora de la mañana. "A las nueve empezamos a colocar todo y a las 10 ya había gente `cogiendo´ posiciones en la Praza de Miralles", relataba detrás de una de las barras de bebida, Ángeles Alonso, encargada, junto a más de 100 alumnos de la Escuela Superior de Ingenieros Industriales, de organizar la fiesta de este año.

Los "devotos" de San Pepe peregrinaron ayer hacia el Cuvi cargados con mochilas. Apuntes, calculadoras o bolígrafos se quedaron en casa y su lugar fue ocupado por bebidas espiritosas y otros menesteres. "Esto es mucho más que un botellón", clarificaba Carlos Giraldo, estudiante de "Teleco" que lamenta que los "detractores" de este tipo de celebraciones "sólo deparen en la parte etílica de la fiesta para criticarla".

Con el objetivo de lavar la imagen de macrobotellón que le han colgado al santo, los organizadores de este año prepararon un completo programa de actividades paralelas a la fiesta musical y multitudinaria de la Praza de Miralles. Campeonatos de futbolín, twister, soga, ProEvolution Soccer o un torneo de uno de los "deportes" más universitarios, el mus, fueron algunas de las opciones que tuvieron los asistentes para completar un día de ocio. "Cuando uno quiere estudiar le ponen una fiesta; así no se puede", bromeaba Jorge García.

El buen tiempo acompañó durante todo el día y la bonanza climatológica contribuyó a que el recinto universitario se quedara pequeño para albergar a los miles de "fieles", algunos llegados de otros provincias ex profeso para "honrar" a San Pepe. "Es la mejor fiesta de toda Galicia", clamaba a los cuatro vientos Alejandro Cedeira, un coruñés que confesaba ser un asiduo a este tipo de celebraciones universitarias.

Entre el bullicio y la algarabía sonaba de fondo la música de los grupos invitados este año. Aphonic, Reos, Pülsar, Maisha, Día de Furia y Drama fueron los encargados de "romper" las cuerdas de las guitarras -y también de sus gargantas- entre los vítores de los universitarios.

El colorido de la fiesta lo pusieron las camisetas, gorros y disfraces variopintos con los que algunos grupos de amigos decidieron venerar a San Pepe. Desde una tuna improvisada de "colegas", que confesaban no ser profesionales de la música, "pero sí de la fiesta", matizaba Jaime Domínguez, "líder" de la agrupación, hasta algún disfraz de un "extraño" superhéroe. Aunque la camiseta protagonista de la fiesta fue la de "San Pepe 2007", con alusiones al cinematográfico James Bond."Al servicio de la fiesta", rezaba en las 750 camisetas que se realizaron este año.

"Esto sólo es el principio; la fiesta hay que rematarla esta noche", convocaban al unísono Martín Cao y Rubén Anta. Y así fue, a última hora de la tarde el recinto universitario se quedó vacío y la "juerga" continuó hasta altas horas de la madrugada en los pubs de la ciudad.