El presidente de la Federación Provincial de Hostelería apunta que "ahora debe espabilar todo el mundo, no sólo nosotros". José Magaz argumenta que el problema de los ruidos es cosa de todos y señala que "también los promotores deben poner de su parte y aislar mejor los edificios".

Los responsables de hostelería de la ciudad lamentan y temen los prejuicios que puede tener la ordenanza si se aprobara tal y como está actualmente, sin embargo también le han sacado el lado positivo al "revuelo" que se ha producido. "Nos ha venido bien para que espabilemos dentro del sector y para que los locales tengan las licencias en regla", razona José Magaz Ledo. Aunque precisó que se debe agilizar el proceso para otorgarlas, pues "no puede ser que tarden entre dos y tres años en concederla", critica.

Consecuencias

Desde la Federación Provincial de Hostelería insisten en que "no se le está dando a este problema la importancia que tiene, tanto desde dentro como desde fuera del sector" e aseguran que "cerrar los locales a las tres de la mañana puede provocar que muchos jóvenes cojan el coche para dirigirse a otras discotecas y esto haría que se elevara el número de accidentes", argumenta José Magaz.

Además, lamentan que hayan sido tan sólo 36 vecinos, "los que forman la Asociación Contra el Ruido", los que estén poniendo en jaque a todo el sector de la hostelería. Anuncian que mantendrán reuniónes con la Federación de Vecinos Eduardo Chao, pues consideran que son ellos los que "realmente representan a los vecinos de Vigo".

A partir de hoy dejan la vía del diálogo abierta y comenzarán por reunirse con el portavoz del Gobierno Local, José Manuel Figueroa, la próxima semana para debatir, por segunda vez, sobre la problemática ordenanza.