Los rasgos que definen el comportamiento de un niño que está siendo acosado o maltratado -no sólo en el entorno escolar- afectan, según estudios recientes, a su conducta y también al expediente académico. Se comporta de manera aletargada o torpe, tiene falta de retención memorística por la ansiedad, timidez o rebeldía, aislamiento, inseguridad y vergüenza a comportarse en público.

Es importante poder diferenciar al alumno violento y agresor del resto de "alumnos insultones, graciosillos, folloneros, indisciplinados o conflictivos", pero que no necesariamente deben verse involucrados en dinámicas bullying, dice el mismo estudio. Por ejemplo, el director del IES de O Coruxo, Andrés Crespo, reconoce que están muy encima de los alumnos para detectar posibles casos, pero por el momento ninguno de los expedientes que se han abierto son por esta problemática.

Los centros docentes cuentan con equipo de orientación y psicopedagogos, que a veces son los mismos que atienden a alumnos con necesidades educativas especiales. La dirección del IES do Castro insiste en que la situación es normal y sólo se dan "casos aislados" de violencia.