Residentes y comerciantes de Rosalía de Castro empiezan a acostumbrarse a contestar a preguntas acerca de las amenazas judiciales que se ciernen sobre la calle. Bien indignados o bien resignados, ayer le tocó el turno de responder a propietarios y arrendatarios afectados por la sentencia que ordena al Concello que cierre el aparcamiento subterráneo. Los implicados, en este caso, fueron cautos a la hora de contestar y confiaron, casi unánimemente, en que el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) en tramitación solucione tanto éste como otros casos que afectan a estas "manzanas malditas".

Roberto Correa, trabajador de una empresa de seguros que cuenta con cuatro plazas en régimen de alquiler, ya está habituado "por desgracia", precisa, a los desalojos: "Hay que esperar a ver qué pasa. Lo que padecemos nosotros le ocurre a medio Vigo. Cuando nos desalojaron de la oficina [a causa de otra sentencia judicial], llamamos a nuestros abogados de Barcelona para que hablaran con el Concello. Parece que la aprobación del PGOM es la solución a todos estos males. De lo contrario, habrá que buscar estacionamiento en otro parking...; en el de Colón, que está más cerca", ironiza.

Mabel Trabazo, abogada y psicóloga propietaria de una plaza en el subterráneo, es todavía más cáustica en su análisis: "Si algún cargo público obró mal, que quede inhabilitado de por vida; porque las indemnizaciones se las cargarán al Concello. De todos modos, estas sentencias son un abuso de derecho: es peor el remedio que la enfermedad. Pero ya se sabe, los jueces, con las oposiciones, se quedan mononeuronales".

Por su parte, Sandra Hombreiro, hija de un propietario de una plaza en el subterráneo de Rosalía de Castro, considera que existe "una desinformación total entre vecinos, Concello y tribunales". En caso de que la última sentencia judicial sea ejecutada, no lo duda: "Emprenderemos [ella y su familia] acciones legales, porque me parece una falta total de civismo".

Marina Frasquet, que trabaja en la cercana calle Luis Taboada y que disfruta de una plaza en el parking desde hace un año "gracias a un amigo", mantiene una opinión similar: "Todo esto me parece muy mal. Cuando se conceden licencias se debería examinar todo con lupa. ¿Si me quedo sin estacionamiento? En el peor de los casos, vendré en bus al trabajo, porque aparcar aquí [en superficie] es imposible".

Por último, Marcos Sánchez, hijo de propietario, no tiene claro el "juego" que generan estas sentencias: "O es un cachondeo o es una maniobra electoralista".