Las motos de baja cilindrada están de moda, y el buen tiempo ha hecho despegar su venta hasta superar las existencias de varias tiendas. Los puntos de venta de la ciudad reciben desde hace meses una avalancha de pedidos, y en algunos de ellos hay lista de espera. La fiebre arrancó en octubre de 2004, cuando se aprobó la convalidación del permiso B1 -el que utiliza cualquier conductor de coche- para pilotar vehículos de dos ruedas de hasta 125 centímetros cúbicos. Los vendedores se vieron desbordados el verano pasado con la llegada del calor, y tuvieron serios problemas de provisión. Este año esperaban que la situación se estabilizaría, pero el fenómeno persiste y, según constatan los responsables de algunas tiendas, se ha incrementado. En la ciudad se despachan una media de cuatro motos de 125 c.c. al día, según se desprende de los datos de matriculación del primer semestre, en el que se registraron 569 motos de esta categoría. De ellas, 398 se vendieron de abril a junio.

El perfil del usuario está muy definido: personas con edades de 30 a 40 años, mayoritariamente hombres y con experiencia en la carretera, que circulan a velocidades moderadas y con casco. El 80% de los compradores eligen scooters, motos sin marchas, con más potencia que los ciclomotores y cómodas tanto para desplazarse y aparcar en ciudad como para ir a la playa. "Se han superado claramente las ventas de 2005", explica Juan González, gerente de Anca, quien señala que "se ha producido un efecto dominó por el boca a boca: los que no se decidían a comprarla el año pasado, se han convencido al ver que otros lo han hecho". Actualmente la tienda tiene clientes "con el dinero señalizado y a la espera de que nos envíen la moto".

Más modelos

En Ángel Leirós también reciben pedidos continuos, si bien, tras la experiencia del año pasado, están mejor aprovisionados para atender toda la demanda. "Los propios fabricantes han sacado modelos nuevos", explica un empleado de la tienda, quien coincide en que "el mercado ha aumentado muchísimo".

Las ventas de vehículos de 125 c.c. suponen más de la mitad de las matriculaciones de motocicletas durante el primer semestre del año, 1.143. Su asequible precio, teniendo en cuenta el poder adquisitivo del comprador medio, ha repercutido en la fiebre . Comprar una moto de 125 cuesta desde 1.500 euros, los modelos básicos, hasta 4.000 los mejor equipados. Además, su auge ha tirado del mercado en categorías de potencia superior. "Algunos conductores con permiso B1 se han aficionado y sacan el carné específico de moto", remata González.

Ciudad motera

En Vigo hay casi 24.000 motos y el crecimiento en los últimos cuatro años ha sido constante. La orografía de la ciudad, con sus pendientes, y el clima agradable, repercuten en el éxito de los vehículos de dos ruedas. La oferta de plazas de aparcamiento, sin embargo, es escasa: una por cada 129 motos. En la imagen, el de Manuel Núñez, cerca de Príncipe, el mayor de Vigo (45 plazas) y el más utilizado.