Las repercusiones de la supresión del peaje de Rande en el tráfico de la ciudad han sido inmediatas. Por Buenos Aires, el centro y el litoral, los accesos desde la AP-9, entran en Vigo 3.500 vehículos más que antes de que se levantasen las barreras de Audasa. El efecto de la gratuidad resultó fulminante. Del 6 al 11 de junio, sólo dos semanas después de que se eliminase el canon por cruzar el puente, la ciudad ya absorbía un tráfico diario de casi 32.300 coches, furgonetas, motos y camiones desde la autopista, un 12% más que antes. Miles de morracenses que se desplazan a la ciudad para trabajar, comprar, estudiar, recibir atención hospitalaria o simplemente disfrutar de su ocio, han cambiado otros medios de transporte público por el coche y aumentaron sus desplazamientos al ahorrarse el dinero del peaje. El gran perjudicado ha sido el transporte de ría, que cae en picado. En junio perdió 8.286 pasajeros.

La crisis del servicio marítimo entre O Morrazo y Vigo ya se originó en diciembre pasado, con la apertura de la vía rápida -que ha supuesto a los conductores un ahorro de 15 minutos en los desplazamientos desde Cangas a Rande-. En el primer semestre la empresa concesionaria ha sufrido una sangría de 22.268 viajeros tras años de crecimiento constante. La supresión del peaje ha provocado un gran varapalo a un servicio que quedará liberalizado a partir de enero próximo tras la sentencia del Tribunal de Justicia europeo que pone fin al monopolio del transporte de ría.

Los vigueses también han sacado partido a la eliminación del peaje de Rande. Los domingos veraniegos transitan por el corredor de O Morrazo más de 15.000 vehículos, la mayoría de ellos vigueses que acuden a las playas de Cangas y Moaña.

El tráfico en el centro alcanza los 225.000 automóviles

Julio es el peor del año para el tráfico en el centro de Vigo. A pesar del fin del curso escolar, la circulación rodada se dispara hasta un 50% durante el mes, y un día laborable se mueven por las arterias y calles urbanas hasta 225.000 automóviles. En estas fechas la mayoría de los vigueses -y los vecinos del área metropolitana que trabajan en Vigo o acuden por otras cuestiones- todavía no han cogido sus vacaciones. A estos se unen los turistas que visitan la ciudad en sus vehículos, lo que provoca un boom de la circulación entre los lunes y los viernes. Las tardes de los sábados y domingos, con la ola de calor, el centro se queda prácticamente desierto, y el tráfico se concentra en el entorno de las playas.

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Los días laborables circulan por los 14 accesos a la ciudad más de 150.000 vehículos. La avenida de Madrid es la arteria que más tráfico absorbe, con 31.600 automóviles, mientras que por Coia entran otros 16.400 y por la carretera de Camposancos, 14.400.