- El proyecto ha despertado recelos en varios colectivos, que consideran algunas actuaciones agresivas con el litoral.

- Todo lo contrario. Vamos a mejorar la línea de la costa en los lugares degradados y los fondos marinos se preservarán. Massó conservará su encanto natural. Mejoramos las playas y se realza la laguna. Además, taparemos la depuradora con una actuación similar a la realizada en el Maremagnum de Barcelona: colocando sobre ella una zona verde.

- El puerto deportivo es la actuación que mayor preocupación ha despertado.

- Hemos hecho algunas modificaciones para que sea un espacio más público. La marina, además, se plantea donde ya había un espigón cuando existía la ballenera. No hay agresión, sino que se recupera la memoria histórica pero con un aspecto más lúdico, al igual que con el Museo de la Ballena y la recuperación de la fábrica. El proyecto, además, ha cumplido todas las medidas que garantizan el respeto al medio ambiente. Creemos que los temores se deben a cierta falta de información.

- ¿La actuación residencial será blanda?

- Sí. Representa sólo un 10% del espacio, y la idea fue poner las viviendas dentro de un espacio verde para integrarlas. La altura es de cuatro plantas, y mantiene pulmones verdes para que los edificios respiren. Los bloques esenciales forman una "U" y contienen jardines privados, pero el viario es muy amplio y pasa entre las zonas residenciales. Las vías peatonales y de vehículos llegan hasta el mar. Es una zona abierta, no una urbanización cerrada con puertas.