Portugal mantiene la supresión del AVE a Vigo pese a la exigencia de la Xunta y Oporto

J.P. / VIGO

Si quedaban dudas sobre las intenciones del Gobierno portugués respecto al AVE Oporto-Vigo, el ministro de Transportes luso, Mario Lino, se ha encargado de disiparlas. El TGV -como se denomina en el país vecino al tren de alta velocidad- de la región Norte, no es prioritario. "No consideramos que haya condiciones ni razones que nos lleven a construir esa línea ahora", explicó el ministro, y apostilló: "No corresponde a una necesidad imperiosa del país, y carecemos de condiciones financieras para avanzar con todas las obras al mismo tiempo". El Ejecutivo portugués hace así oídos sordos a las exigencias del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, quien ayer consideró la infraestructura "esencial" y "prioritaria", y defendió que debe ejecutarse pese a los problemas financieros del país vecino, puesto que "forma parte de un proyecto estratégico para Portugal, España y Europa". También el alcalde de Oporto, Rui Rio, reclamó la construcción del tramo, y recordó que el proyecto sólo admitiría discusión "si todas las grandes inversiones se reestudiasen, algo que no está ocurriendo".

Touriño anunció que pedirá al Ministerio de Fomento que incluya el debate sobre el AVE Oporto-Vigo en el orden del día de la Cumbre Hispano-Lusa de Évora, que se celebrará los próximos 18 y 19 de noviembre. "Más allá de las dificultades por la marcha económica y financiera, hay que darle continuidad a la alta velocidad entre Portugal y Galicia", insistió el presidente gallego.

El tramo de TGV Oporto-Vigo, con un coste estimado de 1.300 millones de euros, es el de menor cuantía de los proyectados en el país vecino. El trayecto Lisboa-Madrid está presupuestado en 1.900 millones, y los de Salamanca y Huelva se disparan a 2.300 y 2.600. Sin embargo, el ministro de Transportes luso utiliza para referirse al proyecto Lisboa-Madrid, el único de conexión con el territorio español que se mantiene vivo, un lenguaje muy distinto al que emplea para el de Vigo-Oporto. El tramo entre las dos capitales es "prioritario y está garantizado y consolidado", zanjó.

El retraso de los proyectos de la red lusa supera ya los tres años

La red de alta velocidad portuguesa está aún en pañales. Tras dos cumbres hispano-lusas -las de Figueira da Foz y Santiago- los avances, en la práctica, han sido nulos, y los proyectos acumulan ya un retraso de más de tres años, según reconoce el ministro de Transportes del país vecino. El tramo Oporto-Vigo, del que se pretende prescindir ahora, estaba previsto terminarlo en 2009. Aunque el Gobierno luso cambiase de parecer y lo impulsase, no estaría en marcha hasta 2013. En cuanto al Lisboa-Madrid, que sí cuenta con el respaldo de José Sócrates, no será una realidad hasta 2015. El año de apertura anunciado en las dos cumbres celebradas era 2010.

El responsable de Transportes luso achaca el retraso a que el Gobierno conservador anterior "no hizo nada" por iniciar las obras, y señala, por otra parte, que las dificultades financieras del país obligarán ahora a reprogramar el calendario y ralentizar los trabajos para hacer asumible el coste.

Tracking Pixel Contents